Jesse Grimes
El sector financiero está experimentando grandes cambios a un ritmo trepidante. Impulsado por las expectativas de los clientes y los avances tecnológicos, la presión de los bancos por innovar nunca ha sido tan alta. Un fracaso en su forma de actuar dejará a los rezagados en el camino, superados por una competencia más ágil -y a menudo de menor tamaño-, o reducidos a un mercado indiferenciado por los cambios legislativos. A medida que lanzan nuevos productos y servicios, ¿cómo podemos asegurar que estos estén hechos a medida de los consumidores y clientes? Más noticias en la revista gratuita elEconomista Factoría 4.0