Opinión
Aunque los últimos tiempos no han sido fáciles, puede afirmarse que la mayoría de las empresas europeas han superado con éxito uno de los contextos macroeconómicos más desafiantes hasta el momento. Han tenido que navegar entre las interrupciones de la cadena de suministro, el aumento de la inflación y el riesgo climático, además de por una crisis energética más pronunciada que la de sus homólogas estadounidenses y asiáticas.