El tabú de hablar de la fragmentación de Europa. Ahora que China y otros países emergentes están resurgiendo de las cenizas pasadas -quizás al calor del orden multipolar roto por Estados Unidos-, el poder y la presencia de un Viejo Continente, otrora cuna de la civilización occidental tal y como era entendida hasta hace no tanto, es cada vez más marginal y su voz, más débil. Aun con todo, no puede decirse que la Unión Europea sea un actor denostado o que carezca de poder e influencia a nivel planetario. Todavía hoy, según argumenta el autor José Ignacio Torreblanca en el libro La fragmentación del poder europeo, esta alianza de países es una de las mayores economías del mundo, el segundo bloque comercial, el mayor donante de ayuda al desarrollo y la segunda fuerza militar del planeta. Un poder que, en todo caso, se ejerce de forma fragmentada.