
Auge sin precedentes para la defensa europea en 2025 y el índice sectorial Stoxx Europe 600 Total Market Aerospace & Defence así lo está recogiendo: ya está a menos de un 2% de los máximos históricos que tocó a finales de febrero cuando la fiebre por los tanques todavía era la protagonista en los titulares (antes de que llegara el cuadro de los aranceles de Donald Trump). Un resurgimiento que se produce con una tensión geopolítica en máximos -en la guerra de Ucrania y el conflicto en Oriente Medio siguen muriendo civiles día a día- que promete hacer mieles de las empresas de una industria a las que ahora les toca dar el callo.
La postura defensiva adoptada por los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se aceleró irreversiblemente en 2022 cuando la Rusia de Vladímir Putin decidió invadir Ucrania. La idea de Moscú era acabar anexionándose la exrepública soviética en una "guerra relámpago" de apenas unas semanas. Algo que no ha conseguido más de tres años después. Después de miles de misiles gastados sobre el terreno, tanques acabando con todo lo que encuentran a su paso y un sinfín de declaraciones cruzadas con un claro tono belicista entre Rusia y Occidente, la tendencia a aumentar el gasto en defensa en toda la Alianza Atlántica es ya un eje común (quizás obligado) de los Gobiernos europeos sin importar el color o signo político.
Un nuevo paradigma sobre el cual pivotan las elecciones de algunas naciones europeas. La defensa fue uno de los asuntos de la campaña electoral para las federales de febrero en Alemania y de las presidenciales que tendrán lugar en Polonia -país frontera con Ucrania- entre mediados de mayo y principios de julio en segunda vuelta.
Según los últimos datos disponibles, más de dos tercios (23) de los países miembros de la OTAN han alcanzado ya el objetivo de gasto del 2% del PIB en defensa establecido en la cumbre de la organización en Gales (Reino Unido) en 2014. Algunas capitales, incluso, exceden este umbral por más de un 1%. Polonia ha aumentado su gasto en defensa del 2,7% del PIB en 2022 al 4,2% en 2024, y se proyecta que aumente al 4,7% en 2025. Por su parte, Alemania ha incrementado su gasto total en defensa, pasando del 1,38% del PIB en 2022 al 2% en 2024, con planes para aumentarlo potencialmente hasta el 3,5% Mientras tanto, los Estados Unidos de Donald Trump piden elevar este techo hasta el 5% sobre el PIB.
Así, la Comisión Europea desveló a finales de febrero su propio plan de inversión en defensa en el que se contempla una necesidad de capital para la industria por valor de 500.000 millones de euros en la próxima década. El comisario de Defensa, Andrius Kubilius, alegaba hace unas semanas que se deberán asignar unos 100.000 millones de euros a la defensa en el presupuesto de la UE entre 2028 y 2034. De momento, una cuestión que debe comenzar a debatirse.
A todo esto, el mercado ha respondido con cierto entusiasmo. La industria tocó a finales de febrero máximos históricos -que ahora acecha- al calor de la crisis del multilateralismo y las discusiones en los congresos nacionales sobre el presupuesto destinado a defensa.
Auge de interés que también favorecido por los cambios en las políticas de inversión. Hace unos días, la gestora DWS anunciaba el levantamiento de ciertas restricciones que a muchos de sus fondos mantener valores de defensa, una medida que podría liberar "cientos de miles de millones" de euros para asignaciones a fabricantes de armas.
A la cabeza de todos ellos está la alemana Rheinmetall, en estos momentos, la reina de la industria de defensa del Viejo Continente con ventas que, a cierre del primer trimestre de 2025 se espera que se disparen un 46% interanual hasta los 2.305 millones de euros, con un margen operativo que se situará en el entorno del 8,7%. Aunque todos estos números se prevé que se vean confirmados este próximo jueves cuando el grupo rinde cuentas ante los inversores, los objetivos para todo el año están sobre la mesa: aumento de ventas de entre el 25% y 30% respecto a 2024 y un margen operativo del 15,5%. La revalorización en bolsa desde el 1 de enero se aproxima al 170%.
Hace unos días, en Roma, fue el turno de ofrecer los números del primer trimestre fiscal de 2025 de la multinacional Leonardo. El fabricante, entre otros productos, del helicóptero de combate AW249 reportó unos ingresos de 50 millones de dólares, unas ventas cercanas a los 800 millones (-16%) y una cartera de pedidos de 8.600 millones, con una relación book-to-bill (que mide la demanda de los productos) de 1,2, lo que refleja una fuerte demanda. Así, la guía de ingresos para todo el año se quedará entre los 3.425 y 3.525 millones de dólares, proyectando un crecimiento de entre el 6% y 9%. Las previsiones contemplan que el beneficio neto de la empresa alcance en el año los 1.000 millones de euros. De momento, al capitalización de mercado supera los 27.700 millones (84% más desde enero).
Y luego están Indra y la francesa Thales que pugnan, en estos momentos, por entrar en el podio de las empresas de defensa más valiosas de Europa. La española presentó este martes sus cuentas y cayó en bolsa. La empresa que dirige Ángel Escribano obtuvo en el pasado trimestre un beneficio neto de 59 millones de euros, un 3,2% menos que el año anterior, a pesar de incrementar sus ingresos un 4,2% hasta los 1.164 millones de euros, con todas las divisiones presentando crecimientos, salvo Movilidad, que se mantuvo estable.
En lo que tiene que ver con la defensa, Indra disparó sus ingresos un 18% en el primer trimestre, en tanto que ATM facturó un 2% más y Minsait registró un avance del 1% en ingresos. De momento, los planes de la empresa pasan por entrar en el negocio de fabricación de armamento -viendo el interés creciente del mercado- tras la fusión con la empresa familiar Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), propietaria de un 14,3% de sus acciones.
Para los expertos de Banco Sabadell, la acción "sigue cotizando con múltiplos atractivos y por debajo de sus comparables". A día de hoy, la empresa es el valor más alcista en lo que va de año dentro del Ibex 35 con una revalorización del 67,21%.
Por su parte, Thales creció en el primer trimestre casi un 10%, alcanzando los 4.960 millones de euros en ventas gracias al fuerte impulso de las actividades de defensa y aviación. Sin embargo, la entrada de pedidos fue de 3.778 millones de euros, un descenso del 27% en términos orgánicos debido a un 2024 de referencia excepcional para el grupo galo.
Al calor de todos estos números también presentará sus cuentas -aún sin fecha definida- la británica BAE Systems. Para todo el año, el consenso de mercado recogido por Bloomberg contempla unas ventas netas de 30.654 millones de libras que se traducirán en un beneficio neto de 2.061 millones.
La amenaza de Rusia y la necesidad de Europa
Un estudio reciente del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) estima que Europa podría necesitar 300.000 tropas adicionales y un aumento anual del gasto en defensa de, al menos, 250.000 millones de euros a corto plazo para disuadir a Rusia de entrar en una guerra con Europa, lo que representa una oportunidad de crecimiento significativa para todas estas empresas.
Además, las evaluaciones de la OTAN, Alemania, Polonia, Dinamarca y los estados bálticos dicen que Moscú podría estar preparada para atacar dentro de tres a diez años, lo que subraya la urgencia de la situación y la necesidad de mantener e incrementar las inversiones en defensa.