Fueron 104 horas. Exactamente, pasaron 6.240 minutos entre la noche del miércoles 2 de abril cuando en los jardines frente al Despacho Oval de la Casa Blanca el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció unacruzada arancelaria contra el mundo y la tarde del pasado jueves 9 de abril en la que, a través de un mensaje en redes sociales, el mismo mandatario -que unas horas antes se jactaba de que tenía a más de 70 líderes mundiales "suplicando" negociar un acuerdo comercial- decretó una tregua parcial de 90 días, de la que dejó al margen a China, pero manteniendo unas tarifas a las importaciones del 10%. Algo menos de una semana tardó la deuda de EEUU en doblar el brazo al magnate materializando, precisamente, la imagen que él quiso evitar siempre a toda costa: la de un empresario-presidente supeditado al poder de los mercados.