
El Banco Central Europeo (BCE) ha confirmado esta semana que acelerará en 2025 la reducción de la cartera de deuda pública del supervisor con el ánimo de acompasar el pulso del mercado con las subidas de los tipos de interés y la reducción de la presión inflacionista en la eurozona. En el caso concreto de España, el organismo que dirige Christine Lagarde menguará el valor en cartera de los bonos emitidos por las administraciones públicas nacionales en unos 51.000 millones de euros, casi un 42% más que los 35.971 millones de euros de los que se desprendió en el último año.
Movimiento que llega en pleno debate en los parlamentos nacionales de los diferentes países europeos sobre la senda de estabilidad fiscal en un momento en el que potencias como Alemania o Francia se enfrentan a la paralización de sus economías.
En respuesta a los planes de gasto masivos en defensa e infraestructuras, los bonistas apenas han movido ficha en los últimos días -quizás esperando una mayor determinación de las hojas de ruta a seguir por parte de los gobiernos- con rendimientos para el bono español que se han situado en el entorno del 3,3% o para el bund alemán en la zona del 2,7%.

En Estados Unidos, mientras tanto, los rendimientos del T-Note han mantenido también la tranquilidad en los últimos días aunque con la tensión oculta de qué pasará a partir del próximo 2 de abril cuando, si no hay un cambio de opinión repentino de la administración de Donald Trump, entrarán en vigor los aranceles contra socios comerciales históricos para el país como la Unión Europea, Canadá o México que amenazan con tensar la cuerda con los inversores y provocar una nueva espiral inflacionista en Estados Unidos que, a la larga, se podría materializar en un cambio de rumbo monetario por parte de la Reserva Federal.
"El coste de no abordar los abultados déficits presupuestarios que suelen asociarse a guerras y recesiones no deja de aumentar, con una inflación que sigue muy por encima del objetivo del 2% de la Reserva Federal y unas primas por plazo en el mercado de bonos que empiezan a subir de nuevo", apunta Michael Medeiros, estratega macroeconómico en Wellington Management quien dice estar "muy atento" a la evolución fiscal de la primera economía del mundo ya que, en el caso de que no se apliquen reformas a lo largo del próximo años, es posible que se tengan que tomar "medidas dolorosas".