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Miedo a un escenario de estanflación en EEUU a la espera de cómo se concretan los aranceles

  • Las firmas de inversión recortan sus previsiones de crecimiento para la economía
  • Alertan de una escalada de contramedidas de los países amenazados
El presidente de EEUU, Donald Trump, junto al vicepresidente, JD Vance, y sus respectivas parejas.

Un escenario de estanflación en Estados Unidos es lo que más temen las gestoras y firmas de inversión ante el golpe al comercio global que ha provocado el anuncio de aranceles del 10% por parte del gobierno norteamericano, que se elevan al 20% en el caso de la Unión Europea y un 34% adicional en el caso de China. El efecto de un incremento de los precios en la primera potencia del mundo unido a un estancamiento del crecimiento se atisba en el horizonte a la espera de ver cómo se fraguan las negociaciones entre la Administración de Donald Trump y los países amenazados con la imposición tarifaria.

Si bien EEUU ha experimentado once recesiones económicas desde 1950, según la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés), la realidad es que otras instituciones como el Banco Mundial únicamente contabilizan cinco retrocesos en este mismo periodo: 1975, 1982, 1991, 2009 y 2020. Ahora, los aranceles anunciados por Trump amenazan con sumar una recesión más a esta lista o, al menos, ha disparado todas las alarmas en el mercado.

Las firmas de análisis, por el momento, se limitan a reducir sus estimaciones de crecimiento para la economía norteamericana en 2025 hasta el estancamiento, aunque sin descartar una posible recesión técnica -es decir, dos trimestres consecutivos de contracción del PIB- corta en el tiempo. Al tiempo, aumentan los pronósticos de inflación, pero sin llegar a los niveles de 1970, cuando la presión de precios en EEUU superó el 5,8%, principalmente por las políticas fiscales expansivas adoptadas para contrarrestar el impacto económico de la guerra de Vietnam.

En lo que implica a los principales bancos de inversión, Goldman Sachs ha elevado la probabilidad de que EEUU entre en recesión al 35% en los próximos 12 meses, casi el doble de lo que estimaba antes. Por su parte, JP Morgan Chase advierte de un riesgo aún mayor. Su economista jefe, Bruce Kasman, sitúa ahora en un 40% la probabilidad de recesión, desde un 30% previo. Calcula que la nueva oleada de aranceles elevará el arancel efectivo promedio por encima del 10%, lo que restaría alrededor de 0,5 puntos porcentuales al crecimiento del PIB. Al tiempo, Mark Zandi, economista jefe de Moody's Analytics, avanza también que ha aumentado su estimación de probabilidad de recesión en 2025 al 40%, desde solo 15% a inicios de año.

La misma probabilidad que manejan en Ibercaja. "De mantenerse los aranceles como han sido anunciados, el efecto en el crecimiento económico en EEUU podría reducirse entre un 1% y un 1,5% en los próximos trimestres. Esto dejaría a la economía estadounidense al borde de una recesión. En el caso de la zona euro, estaríamos hablando de alrededor de medio punto de efecto negativo y también tendría crecimiento negativo o plano en los próximos trimestres. Las medidas de impulso fiscal de Alemania no se espera que afecten positivamente hasta final de año y habría que confiar en que la Unión Europea desplegase medidas de ayuda a corto plazo para mitigar el impacto. En el caso de la economía mundial, pasaría de crecer a ritmos del 3% hacia el 2,5%", explica Óscar del Diego, director técnico y de análisis de Ibercaja Gestión.

Para Paul Diggle, economista jefe de Aberdeen, el impacto neto sobre la economía de EEUU será "casi con toda seguridad estanflacionario", aunque considera difícil de precisar la magnitud del aumento de la inflación y el impacto sobre el PIB. "Puede depender del carácter temporal o permanente de los aranceles, del margen de maniobra de las empresas para absorber las subidas de precios en sus márgenes, de la evolución de las divisas y de la reacción de los mercados financieros, entre otros factores. Una regla empírica es que cada aumento de un punto porcentual en el tipo arancelario medio ponderado de Estados Unidos se traduce en un aumento de 0,1 puntos porcentuales en el nivel de precios y reduce el PIB entre un 0,05% y un 0,1%. Esto indicaría que el aumento total de los aranceles estadounidenses de ayer y de las últimas semanas podría añadir un 2% al nivel de precios y reducir el PIB entre un 1% y un 2%", recalca.

Ángel Olea, director de inversiones de Abante, señala que todavía hay bastante incertidumbre, dado que los aranceles más altos no entrarían en vigor hasta el miércoles 9 de abril y puede haber negociaciones hasta entonces. "Lo que está claro es que los aranceles van a ser más elevados de lo que se preveía, lo que incrementa la probabilidad de recesión en EEUU desde un nivel bajo a uno medio", advierte.

"¿No suena todo esto a una maniobra para hacer caer unos mercados excesivamente hinchados, depreciar el dólar para rebajar los intereses que se pagan por una deuda ridícula en EEUU y a acuerdos en los pasillos previamente comunicados?", se pregunta el responsable de Daiko Markets, Javier Etcheverry, poniendo el foco en los intereses que se pagan por la deuda en EEUU, que, apunta, son "ya superiores a su presupuesto de defensa".

Desde Afi, el analista Filipe Aires, advierte de que desde finales del año pasado las probabilidades de recesión en EEUU han aumentado algo más de 20 puntos porcentuales hasta alcanzar el 54%. En cualquier caso, su modelo contempla, "según lo anunciado y sin tener en cuenta posibles negociaciones", un recorte de hasta dos puntos porcentuales en el crecimiento del PIB de EEUU para este año y de hasta el 1,7% para 2026 mientras que la inflación podría repuntar en el entorno del 1,6% manteniéndose estable a lo largo de los próximos dos años a partir de entonces.

Jose Manuel Villamor, responsable de gestión y asesoramiento en A&G, asegura que no consideran los anuncios de aranceles como definitivos. "Son los máximos aplicables, por ahora. No tienen por qué ser los que se aplicarán. No están todos los que son, pero estamos convencidos de que no son todos los que están, al menos en el precio. Y si se aplican, la probabilidad de recesión tanto en EEUU, como a nivel global es muy alta. Es más, nos acercaríamos a un escenario de estanflación. Sería algo devastador, pero nosotros adjudicamos pocas probabilidades a esa posibilidad".

Atentos a China y Europa

En la agencia de valores Portocolom señalan la necesidad de vigilar cómo se intenta contrarrestar desde China y la Unión Europea la amenaza de aranceles, puesto que, "si se inicia una escalada de tarifas y contra tarifas, el riesgo de estanflación estaría claramente encima de la mesa, con el consiguiente perjuicio para todas las economías a nivel global y, por ende, a los mercados financieros. Entre tanto, esperamos varias semanas de volatilidad importante mientras los diferentes países digieren la noticia y reaccionan ante ella".

La posibilidad de negociación entre EEUU y los países amenazados por los aranceles es uno de los elementos que las gestoras están teniendo en cuenta a la hora de realizar sus previsiones, dado el ejemplo de Canadá y México. "Ahora llega el momento de analizar con frialdad los efectos directos y colaterales de estas medidas e intentar plantear negociaciones, bien por sectores bien más globales, entre cada país/zona geográfica y la Administración Trump. A medida que nos adentramos en un período de mayor incertidumbre, los inversores se plantearán los efectos inflacionistas, el posible bloqueo de los bancos centrales en sus procesos de bajadas de tipos y el incremento del desempleo", avisa Guillermo Santos Aramburo, socio de iCapital.

David Macià, director de inversiones y estrategias de mercado de Creand Asset Management en Andorra, apunta que buena parte de los aranceles se negociarán a la baja, aunque persistirán en buena medida, dado que en el gobierno de Trump se consideran una herramienta clave para incrementar la recaudación y reducir el déficit. Y aunque subraya el riesgo de recesión a corto plazo, sin descartar un respuesta de los países afectados, estima que el punto de partida no es nada malo para EEUU.

"La economía norteamericana crecía por encima de lo habitual, con un mercado laboral extremadamente robusto y sin desequilibrios previos en el sector privado. Además, el impacto sobre la inflación esta vez sí es transitorio (un arancel es un impuesto, que se aplica una sola vez) y debería permitir que la Fed rebaje los tipos de interés si finalmente resulta necesario. Si se confirma un deterioro económico sustancial, se presionaría al Congreso y Senado para que se aprueben rebajas impositivas que el mercado celebró con la elección de Trump y que ahora parecen ignorar", concluye.

Para Julián Pascual, presidente y gestor de Buy & Hold, "ahora se abre un momento de negociación directa de cada país por cada producto, especialmente en aquellos más exportados hacia EEUU. Esto mismo ya lo vimos en el anterior mandato del líder republicano, pero en esta ocasión no solo se tratará de debatir en torno a los números impositivos concretos, sino también en lo referente a algunas normativas de estándares medioambientales o de calidad, que en ocasiones están diseñadas para favorecer la industria local frente a la estadounidense. Algo que, por ejemplo, en buena medida ocurre con el sector automovilístico en la Unión Europea", afirma.

En Schroders, muestran su preocupación por que el impacto estanflacionario de los aranceles pone a la Reserva Federal entre la espada y la pared. "A corto plazo, creemos que el camino de menor resistencia será la inercia, dada la mayor incertidumbre del impacto económico de los aranceles. Para otros bancos centrales, la combinación de contramedidas y apoyo fiscal por parte de sus gobiernos también complicará su trabajo. Pero, en líneas generales, esperamos que el Banco de Inglaterra y el BCE se aseguren contra los riesgos recortando más los tipos, mientras que el Banco de Japón probablemente no pueda subir más los tipos de interés este año", señalan.

En este escenario, "la Reserva Federal de EEUU no se adelantaría y esperaría a tener más claridad (magnitud de la repercusión de los aranceles en la inflación, contrapartida del apoyo fiscal...) y señales materiales de la desaceleración antes de relajar más la política monetaria: esperamos tres recortes más de la Fed en 2025", apuntan en Candriam.

Creciente estrés

Todo esto ocurre en un escenario de creciente estrés en Estados Unidos, especialmente entre los ciudadanos de menores ingresos. Una encuesta de hace apenas unas semanas de la Reserva Federal de Nueva York advertía que el nivel de los hogares estadounidenses que ya contemplan un posible impago en las cuotas de préstamos está en máximos de abril de 2020, en plena crisis sanitaria provocada por la pandemia.

Además, la confianza del consumidor estadounidense está en su nivel más bajo de los últimos doce años -las expectativas a futuro superan el nivel asociado a una crisis económica- a medida que se va extendiendo la idea entre la población de que una desaceleración aguda podría ser inevitable.

El índice de confianza del consumidor de The Conference Board retrocedió a cierre de marzo 7,2 puntos, hasta los 92,9 enteros, su nivel más bajo desde enero de 2021, por debajo de las estimaciones del consenso del mercado.

Esta marcha atrás fue la cuarta caída mensual consecutiva de la confianza reflejando un deterioro similar en el indicador de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, que también ha borrado ya todas las ganancias obtenidas tras la victoria electoral de Trump en noviembre.

Pero desde la Casa Blanca dicen que nada del pesimismo que trasmiten los datos se hace notar en las calles. "Nuestro país ha sido saqueado, expoliado, violado y robado", llegó a decir el pasado martes Trump en un reproche al resto del mundo.

A su vez, el presidente del Consejo de Asesores Económicos, Stephen Miran, aseguraba la semana pasada en la CNBC que "no cree" que haya una correlación "muy fuerte" entre los datos de confianza del consumidor y los de gasto real de los consumidores. "Sales a la calle y la gente sigue con su vida: cobran y gastan sus sueldos. La economía avanza a buen ritmo", comentó.

Por su parte, la presidenta de la Reserva Federal de Boston, Susan Collins, aseguró la semana pasada que, en estos momentos, parece "inevitable" que los aranceles provoquen un aumento de la inflación a corto plazo, aunque la mayoría de los que se sientan en el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FCOM, por sus siglas en inglés) junto al presidente Jerome Powell esperan que este repunte de precios sea "temporal".

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