Ph.D., CFA, Miembro de CFA Society Spain

Uno de los temas más recurrentes en el mundo de la inversión es la relación entre el proceso de inversión y la filosofía de vida que han tenido los inversores más destacados de todos los tiempos. Desde Keynes y Graham, pasando por Buffett, hasta figuras actuales como Sleep o Pabrai (así como muchos otros, tal y como nos muestra el libro de William Green que reseñé en esta misma columna hace año y medio), muchos inversores han obtenido grandes enseñanzas de su profesión con el fin de aplicarlas a vivir una vida más racional y plena. ¿Por qué la mayoría de los grandes inversores acaban acumulando gran cantidad de "sabiduría mundana", en la terminología de Munger, y qué podemos aprender de ellos?

El comienzo de un nuevo año siempre viene acompañado de las buenas promesas para empezarlo con buen pie. Y los que nos desenvolvemos profesionalmente en el mundo de la inversión y las finanzas no estamos exentos. Muchos de estos propósitos están relacionados o bien con hacer más ejercicio ("me voy a apuntar a un gimnasio") o con cambios en nuestra dieta ("quiero bajar de peso"). Sin embargo, es difícil cumplir estos propósitos cuando precisamente los dulces navideños y las cenas de empresa nos acechan constantemente. ¿Hay algunos trucos que nos permitan que estos invitados navideños tengan un impacto menor sobre nuestra salud?

La euforia que vivieron los mercados bursátiles en los años 2020 y 2021 no se ha repetido durante el 2022. Unas políticas monetarias mucho más restrictivas por parte de los Bancos Centrales de todo el mundo, junto con un panorama económico más incierto, han producido que lo que varios inversores han calificado como una de las superburbujas más destacadas de la historia esté llegando a su fin.

Tras una década en la que los costes de la mayoría de las materias primas han estado en niveles muy bajos, durante los últimos meses el mundo se ha enfrentado a un escenario completamente distinto. Con los precios del gas muy por encima de 30$ (en millones de BTUs) en Europa y el consiguiente aumento en el precio de la electricidad, la atención se ha vuelto hacia la producción de las materias primas y su importancia en el mundo que nos rodea. La opinión pública, después de muchos años centrada en el mundo virtual y en temas esotéricos como el metaverso o las criptomonedas, está redescubriendo el hecho de que las necesidades físicas de nuestro mundo material son absolutamente primordiales y que, además, no pueden darse por seguras.

El primer semestre del 2022 ha cerrado siendo uno de los peores inicios de año en varias décadas para la mayoría de las clases de activos. Tanto la renta variable como la renta fija han presentado fuertes correcciones de manera sincronizada, y solamente las materias primas han presentado un comportamiento positivo entre los principales activos. Las abruptas caídas no solo traen pérdidas monetarias, sino ansiedad entre los inversores (tanto particulares como profesionales), la cual a su vez empuja a la toma de peores decisiones de inversión de cara al futuro.

Pocas empresas en el mundo hay tan importantes para el funcionamiento de la economía global y a la vez tan desconocidas como son los traders de materias primas. Dedicados a mover y arbitrar recursos naturales de una parte a otra del globo, su importancia ha ido en aumento con el paso de los años. Por ejemplo, en el año 2019, la empresa holandesa Vitol movió 8 millones de barriles de petróleo al día, que es una cantidad considerable respecto al tamaño total del mercado de petróleo mundial (unos 100 millones de barriles al día).

Las recientes subidas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, así como la inminente reducción de su balance, han generado fuertes caídas tanto en los mercados de renta variable como de renta fija en los últimos meses. Muchos se preguntan ahora si realmente la Fed seguirá endureciendo las condiciones financieras o, si, por el contrario, revertirá su curso y cederá a las presiones de los mercados financieros, tal y como ha venido ocurriendo durante las últimas tres décadas.

Hace unas semanas nació DALL-E, una inteligencia artificial capaz de generar imágenes nuevas a partir de inputs simplemente textuales. El programa ha sido entrenado con millones de imágenes y sus descripciones, aprendiendo no solo los componentes individuales que aparecen en la imagen sino también la relación entre ellos.

Los elevados niveles de inflación actuales, junto con las pobres rentabilidades esperadas para la mayoría de clases de activos en los próximos años, han provocado que muchos inversores se replanteen sus objetivos financieros vitales y se pregunten qué constituye una planificación financiera sólida. ¿Seré suficientemente recompensado por el riesgo que estoy asumiendo? ¿Qué carteras son más eficientes que otras, por qué, y cómo se construyen?

¿Qué tienen en común Galileo, el tamaño de Godzilla, el metabolismo de los seres humanos, la esperanza de vida de los mamíferos o el estilo de vida en una ciudad en función del tamaño de esta? Se figurarán que probablemente nada, pero el tema común es que, según cambiamos sus tamaños, sus comportamientos cambian de manera no lineal. Es lo que se conoce técnicamente como leyes de escala.