Periodista y escritor. Entre apocalípticos e integrados, lo mío es abordar el presente y el futuro del empleo con acento crítico y sin 'hype'.

Con la subida del salario mínimo interprofesional pactada entre el Gobierno y los sindicatos, al margen de la patronal, Pedro Sánchez puede jactarse de haber logrado bajo su mandato el mayor incremento del SMI en relación con la renta per cápita de las grandes economías europeas: 20 puntos desde su llegada al poder en 2018, hasta el 61%.

La subida del Salario Mínimo Interprofesional para 2023 que el Gobierno ha acordado con los sindicatos completará un incremento acumulado de alrededor del 47% desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa. Pero la mayor parte de este incremento se hizo en un solo movimiento, en 2019, cuando el indicador escaló de los 735 euros mensuales 8en 14 pagas) hasta los 900 euros. Un repunte del 22,3% que, según concluye un nuevo estudio, elevó sustancialmente la probabilidad de perder su empleo entre sus propios beneficiarios.

España cerró 2022 con un porcentaje de trabajadores subempleados del 5,4% sobre el total de ocupados, la tasa más alta de la Unión Europea e idéntica a la de Países Bajos. Eurostat define este indicador como las personas que trabajan a tiempo parcial, pero quieren trabajar más horas, y en este sentido la comparativa de nuestro mercado laboral con el de nuestros vecinos resulta sorprendente, ya que nuestro país solo registra un 13,5% de trabajadores a media jornada, un nivel muy por debajo de la media europea (18,4%) y tres veces menor al dato holandés. 

En la presentación de los datos de paro de este jueves, el Ministerio de Trabajo y Economía Social podrá presumir de haber cerrado 2022 con la mayor tasa de cobertura de la prestación por desempleo desde 2011, un 68,7%. Sin embargo, además de la mejoría del empleo, existe otro factor que empieza a afectar a este dato: los fijos discontinuos inactivos. En Baleares han llevado la tasa de cobertura al 238,9%: es decir, hay más del doble de personas cobrando prestación que parados.

Las comunidades autónomas acaparan ya seis de cada diez empleos públicos en España. Del total de 3,52 millones de efectivos a cierre de último trimestre de 2022 que trabajan para la Administración, hay ya 2,1 millones de personas que formaban parte del personal de las autonomías, según los datos de la EPA hechos públicos ayer. La cifra supone un récord absoluto y un crecimiento del 23,5% respecto a hace solo cinco años con 350.000 empleados más de los que había al cierre de 2017.

Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre del año pasado confirman que el potencial de la economía española para crear empleo se ha desinflado, con el menor ritmo de creación de empleo desde 2013 y el menor descenso del paro desde 2012. Y esto pone el foco en el efecto de la reforma laboral. Una norma diseñada para elevar la contratación indefinida, pero cuyos efectos en la ocupación y el paro parecen mucho más modestos. De hecho, en el cuarto trimestre solo se creó empleo en el sector público, en el que apenas se aplica.

El año 2023 verá un incremento sin precedentes las inspecciones de trabajo, impulsadas por el uso de las nuevas tecnologías y por una serie de cambios legales que elevan tanto el margen de actuación como la cuantía de las sanciones. Las empresas denuncian la indefensión ante lo que consideran una "criminalización" de su actividad impulsada por la cercanía de las elecciones.

Desde hace año y medio, los análisis acerca de si un fenómeno similar al de la Gran Renuncia de Estados Unidos había llegado, o podía llegar, a España, se han sucedido sin conclusiones claras a falta de un dato clave: cuántas personas con contrato indefinido dimiten realmente en nuestro país. La Seguridad Social ha revisado sus estadísticas para resolver esta duda con una respuesta contundente: casi 6.7000 trabajadores cada día, 112% más que hace un año. Eso sí, aunque pueda parecer una cifra elevada, queda muy lejos de la 'fuga de talento' americana y parece señalar, más bien, a la persistente precariedad del mercado laboral español.

A la espera de que el Ministerio de Trabajo presente el desglose de las cifras de fijos discontinuos sin actividad, la Seguridad Social ha tomado la delantera y publicado sus cifras de bajas de afiliados que pasan a una situación en la que no trabajan, pero no son considerados parados registrados. Una estadística que marcó una media diaria de 14.033,57 bajas en noviembre. Este es el último dato disponible, aunque no el más elevado de la serie: un mes antes, en octubre, se llegaron a superar los 20.000 "pases a la inactividad".

La reforma laboral ha supuesto una revolución en la manera de contratar, pero también de finalizar esos contratos. Hasta el punto que la media diaria de bajas de afiliación por despido registradas durante los once primeros meses de vigencia de la norma ya supera en un 44,6% a la de 2021 y marca el máximo de una serie que se remonta a 2012. Este incremento se debe exclusivamente a los contratos indefinidos, para los que el aumento llega al 61,7%, mientras los temporales marcan un retroceso del 8,6%.