
En la presentación de los datos de paro de este jueves, el Ministerio de Trabajo y Economía Social podrá presumir de haber cerrado 2022 con la mayor tasa de cobertura de la prestación por desempleo desde 2011, un 68,7%. Sin embargo, además de la mejoría del empleo, existe otro factor que empieza a afectar a este dato: los fijos discontinuos inactivos. En Baleares han llevado la tasa de cobertura al 238,9%: es decir, hay más del doble de personas cobrando prestación que parados.
La tasa de cobertura de las prestaciones por desempleo se calcula según una fórmula que no se ha actualizado tras la reforma laboral.
Se divide el total de beneficiarios de las prestaciones por desempleo entre la suma del número de parados registrados con experiencia laboral (y que han cotizado alguna vez para recibir prestación) más los beneficiarios de subsidio agrario de Andalucía y Extremadura, que hasta ahora eran el mayor colectivo de demandantes que no se consideran parados pero cobran una prestación.
Pero la fórmula ha tenido comportamientos sorprendentes en determinadas circunstancias. Así, en 2020 se registraran meses con una tasa de cobertura superior al 100%, como consecuencia de que los afectados con ERTE percibían una prestación por desempleo sin estar en paro. Sin embargo, se trató de una situación puntual que no exigió revisar la fórmula.
Pero dos años después, según se desprende de los datos de diciembre, la tasa vuelve a registrar distorsiones que apuntan a un impacto creciente a medio y largo plazo, de la reforma laboral y, más concretamente, el auge de los fijos discontinuos.
La razón es que cuando estos trabajadores finalizan la tarea temporal para la que les ha llamado su empresa, pasan a la inactividad hasta que vuelven a ser convocados (se les da incluso de baja como afiliados a la Seguridad Social), pero no cuentan como parados registrados, sino como demandantes con relación laboral.
Eso sí, pueden cobrar una prestación por desempleo, siempre que hayan cotizado lo suficiente para ello.
Repunte de la tasa de cobertura
El pasado mes de diciembre, las prestaciones por desempleo alcanzaron las 1.838.199, un 0,2% menos que hace un año. Sin embargo, el descenso de los parados registrados que han trabajado anteriormente, en 259.000, contribuye a esta mejora de la tasa de cobertura.
En diciembre había 162.000 beneficiarios de prestaciones por ser fijos discontinuos, una cifra que supone un 30% más que en 2021 y un 59% más que en el mismo mes de 2019.
En este sentido, el departamento que dirige Yolanda Díaz, como hace en el caso del empleo creado, resta importancia al peso de los fijos discontinuos.
El caso balear
Sin embargo, el caso de Baleares es un anticipo claro de lo que puede ocurrir ya en 2023. El archipiélago mediterráneo es la región española donde más se ha utilizado, por su vinculación al turismo, el contrato fijo discontinuo.
Aunque el SEPE no ofrece el desglose autonómico de personas en esta situación que cobran prestación, su peso es tal en la tasa de cobertura, que, en las propias estadísticas, el organismo se ve obligado a incluir una nota al respecto.
"En las provincias con elevado volumen de trabajadores fijos discontinuos la tasa de cobertura puede superar el 100% en los meses de temporada baja", reza la advertencia, aunque esto es algo que solo ocurre en las Islas.
Además, ocurre en todos los años, habitualmente en enero, febrero, noviembre y diciembre, meses en los que miles de trabajadores fijos discontinuos pasan a la inactividad por terminar la temporada turística.
Durante 2020, en plena oleada de ERTEs en el sector turístico, fue la única comunidad autónoma cuya tasa de cobertura superó el 200%, con un récord de 243,7% en mayo.
Pero las circunstancias de aquel momento fueron excepcionales por los confinamientos y cierres de actividad, y niveles similares de tasa de cobertura no habían vuelto a registrarse. Hasta diciembre del año que acaba de concluir.
En diciembre, con un peso residual de las regulaciones de empleo, la tasa alcanzó el 238,9%, 71 puntos más que en el año anterior.
Este porcentaje de tasa de cobertura equivale a que por cada 100 parados cobrando una prestación hay otros 140 que no cuentan como tales, pero la perciben igualmente.
Aunque esto implica que todos los parados registrados baleares cobran una prestación. Esto es algo que no ocurre en ninguna región de España, por lo cual seguramente el porcentaje de beneficiarios no parados sea aún mayor.
En cualquier caso, esta desproporción no se puede explicar sin un fuerte incremento del peso de los fijos discontinuos inscritos en los servicios públicos de empleo de las Islas.
¿Hay que revisar la fórmula?
De momento, es difícil precisar si una tendencia similar se produce en el resto de comunidades autónomas, ya que el peso de los fijos discontinuos es mucho menor. En cualquier caso, la comunidad autónoma con la segunda mayor tasa de cobertura en diciembre, fue Extremadura, donde llegó al 85%, seguida de Cataluña, Aragón, Murcia y Andalucía, todas ellas con una tasa superior a la media nacional pero muy lejos de la balear.
El incremento interanual de la métrica de protección en estas regiones ha sido de entre 9 y 5 puntos, si bien como ninguna de ellas supera el 100%, es difícil precisar cuánto del impacto de los fijos discontinuos se diluye en el causado por la mejora del empleo.
A esto contribuye, además, que aún son relativamente pocos los fijos discontinuos que cobran una prestación: 162.000 frente a los 600.000 demandantes con relación laboral (categoría en la que figuran los fijos discontinuos), excluyendo afectados por ERTE, registrados por el SEPE en diciembre.
Sin embargo, según los fijos discontinuos vayan sumando peso en el empleo en general, y acumulando cotizaciones que les permitan percibir una prestación, se puede extender al resto del país la situación que se produce en Baleares.
Esto plantea la cuestión de si se debe modular el cálculo de la tasa de cobertura para evitar la distorsión de los fijos discontinuos, como se hace en el caso de los beneficiarios del antiguo PER.
Sin embargo, para ello es imprescindible que el Gobierno clarifique las cifras desglosadas de demandantes fijos discontinuos desagregados, algo que todavía no se ha realizado.