Tecnología
En un mercado cada vez más saturado, en el que el consumidor está más informado que nunca, más conectado y es notablemente más exigente, las marcas se enfrentan a un reto que puede parecer inabarcable: captar la atención del cliente y convertirla en una relación a largo plazo. Ya no basta con impactar; hoy se trata de conectar. En este contexto, la experiencia inmersiva en el punto de venta, en un hotel o en un lugar de tránsito, por ejemplo, es un multiplicador de ventas y un impulsor de la fidelización del usuario último.