Jaime Marín
Imagine que su hijo quiere entrar en una universidad de elevado prestigio. Sus notas son especialmente positivas, con sobresalientes y matrículas de honor y espera que la universidad lo tenga en cuenta a la hora de acceder. Sin embargo, se da la paradoja de que el baremo de la facultad para determinar el acceso de unos alumnos u otros no valora el historial de "buenas notas" de los candidatos, sino solamente el número de suspensos.