Firmas

Hace falta más transparencia en el mercado de crédito

  • Los perfiles de solvencia utilizados en España sólo valoran los impagos

Imagine que su hijo quiere entrar en una universidad de elevado prestigio. Sus notas son especialmente positivas, con sobresalientes y matrículas de honor y espera que la universidad lo tenga en cuenta a la hora de acceder. Sin embargo, se da la paradoja de que el baremo de la facultad para determinar el acceso de unos alumnos u otros no valora el historial de "buenas notas" de los candidatos, sino solamente el número de suspensos.

En el proceso de admisión las buenas notas no existen. Sólo se valoran las malas, con todas las ineficiencias que ello conlleva. ¿Logra entenderlo? Pues bien, así funciona actualmente el mercado de crédito en España. Sólo se valora el historial de impagos. El de pagos no existe. O, mejor dicho, sólo existe para su entidad financiera habitual.

Carencias como ésta demuestran que el mercado de crédito sigue siendo la asignatura pendiente de la recuperación económica. Aunque es cierto que desde 2013 la financiación en España ha empezado a mostrar ciertos signos de mejoría, la realidad es que todavía estamos lejos de los niveles que podríamos considerar un síntoma de fortaleza económica. Basta con echar un vistazo a los últimos datos del Banco Central Europeo.

A finales de marzo, la tasa de variación interanual del crédito privado de residentes euro (empresas y hogares) marcaba un descenso del 4,2% en España. ¿Qué está impidiendo impulsar el mercado de crédito? Básicamente, tres factores: el desapalancamiento de la economía española, la incertidumbre y la calidad de la información.

En primer lugar, el incremento de la deuda de los hogares y de las sociedades no financieras durante la fase previa a la crisis superó los niveles de renta. Para superar esta situación, ha sido necesario un desapalancamiento, cuyos efectos aún se siguen notando.

En segundo lugar, las cifras de desempleo en nuestro país siguen siendo elevadas. La incertidumbre que esto plantea sobre las rentas y las perspectivas de estabilidad laboral influyen en la demanda de crédito. Los prestatarios no solicitan financiación, ya que no saben si podrán devolverla en el futuro.

Por último y con especial relevancia, en un contexto como el actual es más necesario que nunca abrir el debate de la calidad de la información crediticia en España. Estamos hablando de un factor clave para la fluidez del crédito, pues una mayor transparencia del mercado potencia la oferta de financiación de las entidades de crédito.

Sin embargo, como ya hemos apuntado, el problema con el que nos encontramos en España es que los bureaus de crédito contemplan únicamente la información negativa de empresas y particulares, es decir, los perfiles de solvencia que se utilizan actualmente en España sólo valoran los impagos.

¿Qué pasa entonces con los buenos pagadores? ¿Qué pasa con aquellos individuos que con un muy buen historial de pagos se ven obligados a impagar por una serie de circunstancias temporales? ¿Merecen el mismo acceso al crédito que los denominados "morosos profesionales" que incumplen constantemente sus obligaciones de pagos?

En una economía como la española con un número alto de micropymes y de clientes con dificultades para demostrar sus ingresos (autónomos, contratos temporales, jóvenes con primer empleo...), la importancia de demostrar que el cliente paga bien será un factor importante para poder dar más crédito y darlo a la gente que lo necesita sin la necesidad de aportar garantías no justificadas.

Para conseguir un mercado de crédito más justo, eficiente, dinámico y transparente es necesario implantar los bureaus de solvencia positiva en nuestro país. Diversos estudios constatan que existe una mayor concesión de crédito y unas menores tasas de morosidad en aquellos países que incluyen datos positivos en sus sistemas de intercambio de información.

Un estudio realizado por los economistas John M. Barron y Michael Staten en Estados Unidos puso de manifiesto que las ratios de impago de un modelo de crédito con información negativa y positiva son significativamente inferiores a aquellos modelos basados exclusivamente en datos negativos, en concreto, un 76,3 % más bajas. Y con estos informes sobre la mesa, cabe plantearse si ha llegado el momento de implementar los bureaus positivos en nuestro país.

En plena era de la información, las entidades de crédito deberían contar con todos los factores y herramientas necesarios para hacer una buena evaluación de riesgos. La información positiva es fundamental. Y en la economía de los datos, el buen manejo de las herramientas de Big data será un elemento diferenciador, cuya aportación ya está siendo crucial. Se trata de un fenómeno que está transformando el sector financiero y puede ayudar a crear esa transparencia tan necesaria para un mercado de crédito sano.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky