El mundo atraviesa un momento de cambio hacia un escenario donde la digitalización es una realidad socioeconómica en el día a día. La sociedad es consciente de cómo la tecnología ha impulsado el desarrollo y la confianza en la innovación digital como llave hacia un avance generalizado. Sin embargo, esta revolución no se está produciendo a la misma velocidad en todos los territorios, ni en todos los grupos de edad. Por eso, el uso del dinero en efectivo como activo para el intercambio de bienes y servicios sigue formando parte de nuestra vida y conserva un arraigo social que no podemos dejar a un lado.