Gustavo Loewe
Tras la locura por el Big Data, las empresas entienden que el reto no es disponer de datos, sino de la capacidad de analizarlos para tomar decisiones y medir resultados. La empresa orientada a los datos ha de hablar un nuevo idioma, mediante la alfabetización de datos o Data Literacy: el vocabulario y la gramática para que los datos contribuyan a mejores decisiones.