Industria farmacéutica
Guiada por su afán de mejorar la calidad de vida de los pacientes y su entorno, la farmacéutica destaca por una I+D+i de vanguardia, el impulso a la tecnología y la promoción del talento.
Guiada por su afán de mejorar la calidad de vida de los pacientes y su entorno, la farmacéutica destaca por una I+D+i de vanguardia, el impulso a la tecnología y la promoción del talento.
En solo siete años se ha convertido en el segundo grupo sanitario español, con 19 hospitales, 28 centros médicos y 10.600 profesionales.
Con un enfoque integral para el cuidado de la salud, GSK destaca por su innovación no solo en el desarrollo de nuevos fármacos, sino también para incrementar el acceso a sus tratamientos de enfermedades como la malaria, la tuberculosis o el VIH. Su centro de investigación de Tres Cantos es uno de los más avanzados del mundo en este ámbito.
El desarrollo de la informática móvil y el creciente protagonismo de los datos son dos de las tendencias que están configurando el futuro de la computación. En ese futuro, los ordenadores están llamados a tener un papel protagonista; un estudio de PSB realizado en 2018 muestra que el 84% de la gente considera que el PC seguirá siendo una de las tecnologías más importantes dentro de 50 años.
La innovación es el motor de la industria aeronáutica. Sin la curiosidad, el afán explorador y -sobre todo- la capacitación técnica, inventos como el globo aerostático o el Flyer de los hermanos Orville y Wilbur Wright no habrían visto la luz. El caso de Airbus es un ejemplo claro de esta misma aspiración por construir día a día el futuro del transporte aéreo.
El concepto tiene casi 20 años y el paso de tiempo, si acaso, lo ha rejuvenecido. La economía de las experiencias, término acuñado en 1998 por Joseph Pine y James Gilmore, se ha convertido en un inmenso sector de oportunidad para las compañías que, como Fever, cuentan con la tecnología y el ingenio para desarrollarlo. Pero ¿en qué consiste?
La constatación del cambio climático y sus efectos ha tenido como beneficio el de mejorar el conocimiento global sobre esta realidad, aumentar la concienciación y aunar esfuerzos colectivos, de los que el Acuerdo de París, auspiciado por Naciones Unidas, es quizá el mejor ejemplo. El mundo empresarial no ha sido una excepción; hoy en día no es opcional contar con una política de sostenibilidad sustancial que aporte su grano de arena ante la magnitud del reto.
Toda estrategia que aspire a mitigar el cambio climático pasa por el cambio en el mix energético. Así, dentro de la Unión Europea (UE), el llamado marco sobre clima y energía para 2030 establece, entre otros objetivos vinculantes, que el 32% del consumo total de energía final para toda la región provenga de fuentes renovables.
Según la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI), hay tres rasgos que acreditan el compromiso de un banco con la sostenibilidad: integrar esta dimensión en todos los niveles y las funciones clave; anticipar las implicaciones comerciales y las oportunidades generadas por los desafíos ambientales, sociales y de desarrollo, y lograr la implicación tanto de sus trabajadores como de sus pares y grupos de interés.
Un sector financiero preparado ante los riesgos asociados al cambio climático y otros desafíos ambientales está en condiciones no solo de liderar la transición a una economía baja en carbono, sino también de obtener beneficios en el proceso". Así se expresaba el pasado septiembre Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés).