Opinión
No existe veneno intelectual más potente que creerse las propias mentiras. En cuestiones presupuestarias, el Gobierno del doctor Sánchez comenzó perdiendo una votación decisiva: el pasado 27 de julio, el Congreso rechazó la senda de déficit, con 173 votos en contra y 88 a favor. A partir de aquí, el gobierno socialista, en lugar de cumplir la ley y presentar otra senda de déficit en el plazo de un mes, se dedicó a culpar a la oposición y al Senado de su derrota. Y empezó a creerse sus propias mentiras. Resulta ocioso decirlo pero, si no se admitía la senda propuesta por Sánchez, quedaba en vigor, para 2019 y 2020, la senda vigente, que establece un objetivo de déficit público para 2019 del 1,3% del PIB.