Firmas

Las enmiendas fraudulentas no pueden sustituir a los votos

  • Una enmienda que no enmienda nada no es una enmienda, es un fraude
Pedro Sánchez, presidente de España

Una enmienda que no enmienda nada no es una enmienda, es un fraude. Al igual, por ejemplo, que una tesis que no es una investigación original no es una tesis, es un fraude. Porque el fraude es un engaño que perjudica a un tercero. De lo que hablamos es de una "enmienda" a la Ley Orgánica del Poder Judicial que modifica la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria en su artículo 12.6.

 Obviamente, no estamos ante una enmienda, es decir una propuesta que pretende "arreglar" o modificar un texto, sino ante una iniciativa. De hecho, la famosa enmienda se presentó el pasado martes al mismo tiempo que el mismo partido, el PSOE, presentaba en el Pleno del Congreso una iniciativa para modificar el mismo precepto, el famoso artículo 12.6 de la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria, que establecía el "veto del Senado" a los objetivos de déficit.

¿Cuál es la diferencia entre una enmienda y una iniciativa? Esencialmente que la iniciativa puede enmendarse, es decir corregirse. Actualmente, el Senado tiene el mismo peso que el Congreso en la aprobación de los objetivos de déficit y el techo de gasto, el paso previo a los presupuestos. Esto quiere decir que si el Congreso primero, y luego el Senado, no los aprueban por mayoría simple, estos objetivos vuelven al Gobierno. El pasado 27 de julio, el Congreso rechazó los objetivos de déficit, con el doble de votos en contra que a favor. Pese a todo lo que han escuchado en estos días, el Senado no ha vetado nunca estos objetivos, por la sencillísima razón de que los objetivos nunca llegaron al Senado, porque los rechazó el Congreso. El fraude siempre comienza con la mentira.

Además, el primero que no cumple la Ley es el Gobierno que debiendo volver a presentar un nuevo objetivo en el plazo de un mes si lo rechaza el Congreso (o el Senado, donde no han llegado), no lo ha hecho. Irónicamente, tanto en la iniciativa como en la enmienda, el PSOE sigue manteniendo que el Gobierno, si el Congreso le rechaza el objetivo debe presentar un nuevo objetivo en el plazo de un mes. No sólo estamos hablando de fraude sino de cinismo.

Por cierto, lo que pretende el PSOE es que el Congreso pueda levantar un eventual veto del Senado por mayoría simple. Esto significa que el Senado no serviría para nada. Si no hay mayoría simple en el Congreso, un objetivo de déficit no llegaría al Senado, porque sería rechazado.

Por otra parte, si la oposición del Senado se resuelve simplemente con la misma mayoría simple del Congreso de los Diputados, es evidente que da lo mismo lo que el Senado vote. Por lo tanto, la propuesta del PSOE consiste simplemente en que el Senado no sirva para nada. Desde Ciudadanos siempre hemos defendido que la Cámara Alta requiere una reforma en profundidad; pero esta ha de hacerse a la luz y por los cauces legales, no privándola a oscuras y por la puerta de atrás de sus funciones constitucionales..

Ciudadanos considera que es razonable que el Senado no tenga la última palabra en la cuestión del techo de gasto. Pero, por otra parte, tampoco es razonable que una cámara de representación territorial no pinte absolutamente nada en la distribución del objetivo de déficit entre administraciones territoriales. Por esa razón, nosotros presentamos una enmienda a otra proposición de reforma de la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria, en este caso de Podemos, que quería modificar este artículo 12.6 de la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria. En nuestra enmienda proponíamos que la votación contraria del Senado se pudiese levantar en el Congreso sólo con una mayoría cualificada de 3/5, volviendo al Congreso en otro caso.

Bien, la enmienda-fraude del PSOE a la Ley Orgánica del Poder Judicial, modificando la Ley Orgánica de Estabilidad es un fraude porque no podemos presentar nuestra enmienda, a la enmienda del PSOE. Esto viola nuestro derecho de participación política, contenido en el artículo 23 de la Constitución.

Esto lo decimos nosotros, pero también, y esto es lo importante, el Tribunal Constitución en 14 sentencias, una de ellas de este mismo 2018. Por eso, instamos la descalificación de la enmienda a la Mesa de la Comisión de Justicia, que lo rechazó. Resulta evidente que todos los poderes públicos están sometidos a la Constitución, y que el intérprete de la misma es el Tribunal Constitucional, por mucho que la presidenta de la comisión de Justicia, considere a la mesa que preside como "Soberana".

La Mesa de la Comisión de Justicia no dio voz, ni solicitó un informe a los letrados de las Cortes Generales. Esto, seamos suaves, es simplemente insólito y sorprendente en una calificación de enmiendas. Por eso hemos recurrido en amparo a la Mesa del Congreso, que tiene la competencia originaria de calificación de acuerdo con el Reglamento. Estamos ante un simple fraude y el Estado de Derecho no se puede basar en el fraude y las trampas. En esta cuestión es el segundo intento de trampa y fraude. Recordemos que en agosto pretendieron, los populistas de Podemos con la aquiescencia del PSOE, que este mismo artículo se modificase por Decreto Ley: otra aberración y otro intento de fraude, como ya comentamos en elEconomista. Como era previsible, la Mesa del Congreso nos dio la razón, al PP y a Ciudadanos, en que hay que cumplir con la Constitución.

Este fraude llevaría a elevar el techo de gasto en 7.000 millones, si hubiese salido adelante y luego el Congreso, porque el Senado no pintaría nada, aprobase la nueva senda de déficit. Sánchez y sus ministras de Economía y Hacienda, dicen que eso lo han pactado con la Comisión Europea, lo que tampoco es verdad, y que todo serían beneficios para España. Esto vuelve a ser otro fraude porque el déficit siempre supone mayores impuestos y menor gasto público en el futuro. Más allá de todo esto, el fraude y la mentira desgastan a las Instituciones y a la Democracia. No existen atajos a los procedimientos legales, porque eso son procedimientos ilegales y fraudulentos, sobre los que no se pueden edificar las leyes y las cuentas. Las trampas no pueden sustituir a los votos en el Congreso y en el Senado, y como el doctor Sánchez debería ser consciente, tampoco a los votos de los españoles.

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