Redactora de mercados, con el foco puesto en las finanzas personales y en los fondos de inversión.

No hay muchos depósitos a un año que rompan la barrera del 3% con sus rentabilidades entre aquellos que se pueden contratar directamente a través de una entidad. Solo hay uno, de hecho. Pero el abanico de opciones se amplía en los vencimientos más largo, por los que las entidades también apuestan.

Las empresas españolas han ido perdiendo representación en las carteras de los gestores con el paso de los años. Según datos de Morningstar Direct, solo hay dos cotizadas con sello español entre las 100 más presentes en los fondos de inversión de todo el mundo, cuando antes de la pandemia eran cinco. Y ninguna de esas dos aparece entre las 80 primeras. En enero de 2020, en cambio, Iberdrola ocupaba el puesto 52 de un ranking que lideran gigantes como Microsoft, Apple o Amazon.

Los hogares españoles han empezado a buscar opciones conservadoras con las que rascar algo de rentabilidad por sus ahorros. Se observa en la demanda de Letras del Tesoro o en la cantidad de dinero que se ha canalizado desde enero hacia los fondos de inversión considerados de menor riesgo. En ese cajón se encuentran los monetarios, que se han convertido en unos de los productos más demandados de este año por parte de los inversores, junto a los de renta fija, gestión pasiva o garantizados. Sin embargo, los monetarios más vendidos no coinciden siempre con los más rentables.

Después de años en los que era difícil arañar algo por la nómina, vuelven las ofertas en forma de rentabilidad y de dinero en efectivo. También regresan con fuerza las cuentas remuneradas.

Al contrario que en otros países, donde constituyen la base del ahorro financiero de las familias, en España los planes de pensiones nunca han superado el 5% de los activos financieros totales, muy por debajo del más del 9% que conforman los fondos de inversión o el 8% delos seguros. Los planes manejaban a finales del año pasado algo más de 115.000 millones de euros, casi una tercera parte del volumen patrimonial de los fondos, y gran parte se concentra históricamente en los planes individuales, que cerraron febrero, último dato disponible en Inverco, con 82.044 millones.

El fondo gestionado por Johan Svensson avanza con paso firme semana tras semana y se coloca ya como el quinto español más rentable entre los fondos de bolsa global de gestión activa.

A la espera de que la gran banca mueva ficha, el interés medio que paga el sector es de solo el 0,37%. Cifra que crece al 2% si se analiza la oferta de pequeñas entidades y bancos extranjeros.

Salir a los mercados a colocar deuda para lograr financiación se ha convertido en una aventura a la que pocos emisores se atreven en las últimas semanas. Muy, muy pocos. Las emisiones de bonos prácticamente han desaparecido en Europa en la última quincena, desde que se destaparon los primeros problemas en la banca. Este frenazo en seco solo se produce en periodos ocasionales como el cierre de año (en las fechas de Navidad), el mes de agosto o cuando hay una fuerte desconfianza como en la actualidad. En esta ocasión el cierre de la ventana de financiación llega, además, después de un inicio de año muy intenso en colocaciones de bonos.

Con permiso de los fondos de deuda subordinada, que se han visto lastrados por la amortización de CoCos de Credit Suisse, los que invierten en bonos basura han bajado también un 2% este mes. El resto de categorías de fondos de renta fija aguanta en positivo.

El fondo gestionado por Karoline Rosenberg y Mac Elatab llevaba dos años seguidos entre los 10 fondos de bolsa española con peor comportamiento. En 2023 ha despegado y ya gana un 8,05%.