El regreso del presidente Trump está destinado a remodelar profundamente la política climática y energética de Estados Unidos, con repercusiones de gran alcance a nivel internacional. La estrategia de la Unión Europea para hacer frente a estas repercusiones debe tener tres pilares: la acción mundial por el clima, la política energética y la competitividad, y la inversión y el comercio en tecnologías limpias. Afortunadamente para la UE, este enfoque coincide en gran medida con sus propios intereses estratégicos.
