Redactora de elEconomista

La atractiva rentabilidad por dividendo que ofrece el Ibex 35 no es una novedad, con unas compañías generosas en materia de retribución al accionista. Este rendimiento ha llegado a alcanzar el 5% en algunos momentos de este ejercicio (el más cercano, a principios de agosto, tras las fuertes caídas que inundaron el mercado). Ahora que las compras han vuelto a ser las protagonistas del parqué, esta rentabilidad es algo inferior, pero sigue siendo del todo llamativa, con un 4,7% para la referencia española en 2024.

Aunque la gran mayoría de depósitos mantiene las rentabilidades ofrecidas hasta ahora, ya se van viendo los primeros síntomas de la senda de flexibilización monetaria que ya ha empezado en Europa y arrancará en las próximas semanas en Estados Unidos (en septiembre, concretamente). Y es que, después de que las rentabilidades de los depósitos bancarios fueran prácticamente inexistente durante muchos años, la subida de las tasas de interés les devolvía el atractivo. Ahora, con un escenario que vuelve a darse la vuelta (aunque con el tiempo, ya que los tipos continúan en los niveles más elevados de las últimas dos décadas), ya hay dos depósitos, entre los 12 más rentables a un año, que bajan el rendimiento ofrecido a este plazo.

Los inversores parecen haber calmado sus ánimos tras el susto de los primeros días del mes y los batacazos sufridos en renta variable (donde muy pocos valores se libraron de esta sangría). Con las compras protagonizando casi todas las jornadas desde la semana pasada, algunas compañías del Viejo Continente alcanzan máximos anuales de cotización y otras tantas están a punto de lograrlos. Concretamente, son ocho las firmas europeas que ayer conseguían este pico anual en bolsa, con datos a media sesión de Europa.

Los beneficios empresariales siguen la senda del crecimiento en ambos lados del Atlántico, pero no con la misma fuerza. Con las cuentas del segundo trimestre del año ya sobre la mesa (de la gran parte de compañías), los analistas mantienen la confianza que mostraban sobre el mercado americano en los primeros meses del año y estiman un aumento de ganancias de casi el 11% en el S&P 500 frente a lo reportado en 2023. En Europa, sin embargo, este apoyo sí que se ve más diluido y ahora el incremento esperado del BPA (beneficio por acción) del Stoxx 600 es del 1,8%, frente al 3% que se llegó a pronosticar hace unos meses y hasta el 7% del inicio del año.

La textil gallega sigue pulverizando récords y esta semana consigue nuevos máximos históricos en bolsa, al superar los 48 euros de cotización. En un día en el que las ventas llegaron de nuevo a los mercados europeos, aunque con bajadas muy tibias, Inditex se salía de esta foto y rebotaba un 1,2% que la colocan a un punto y medio de los anteriores altos históricos que registraba el pasado mes de junio, en los 47,43 euros. En el año, su saldo es de 22%.

La firma de análisis Alantra Equities comienza esta semana la cobertura en Puig, la compañía dueña de firmas como Carolina Herrera, Paco Rabanne o Jean Paul Gaultier, entre muchas otras, con una valoración de 26,45 euros, que es la segunda valoración más baja entre las firmas que vigilan el comportamiento de la empresa de belleza premium en bolsa y, también, por debajo del precio objetivo medio del consenso de Bloomberg.

Al igual que hubo muy pocas compañías que se salvaron de la sangría de los primeros días de este mes, la mayor parte de ellas han sacado músculo rápidamente y ya se sitúan por encima de los niveles que tenían antes de que empezara la caída; es decir, antes del 2 de agosto. Concretamente, el 71% de las firmas del Ibex 35 ya cotiza por encima del precio del día previo a la corrección, con siete valores con alzas de más del 3% desde esa fecha.

Los inversores de IAG han tenido que ser pacientes, pero todo llega. Tras cinco años de sequía en materia de retribución al accionista (por los estragos que dejó la pandemia sanitaria en las firmas de viajes y turismo), los accionistas de la aerolínea volverán a disfrutar del dividendo el próximo mes de septiembre. Se trata de un efectivo bruto de 0,03 euros por acción que la compañía repartirá el 9 de septiembre, y el último día para comprar los títulos con derecho a cobrar este pago es el 4 de septiembre. La rentabilidad a precios actuales es del 1,5%.

Con las rentabilidades actuales todavía hay competición entre los depósitos y la deuda. Las últimas semanas han estado marcadas por una gran incertidumbre que ha salpicado tanto a la renta fija como a la renta variable. En el mercado de la deuda, los rendimientos han caído (por debajo del 3%, en muchos de los casos) por la idea, cada vez más firme, de que los tipos de interés comenzarán a descenser de forma apresurada en ambos lados del charco. Así, el martes se produjo la última subasta de letras a tres y nueve meses, y la rentabilidad marginal de las letras a tres meses se ha situado en el 3,215%. Con este nivel, solo dos depósitos, con vencimiento también a tres meses, baten esta rentabilidad.

Para muchas personas, comprar barato es uno de los mandamientos de la inversión. Esto significa tomar posiciones en una compañía cuando la acción ha corregido sin que se deterioren las estimaciones, a la espera de que esta tendencia se dé la vuelta y ese valor se revalorice después. Podría decirse incluso que esta forma de invertir está respaldada históricamente, ya que, si se echa la vista atrás, a lo largo de los años se ha podido comprobar que, en las épocas de mayor volatilidad, y justo después de grandes caídas, es cuando se han producido potentes rebotes. Como ejemplo más cercano, el 20 de marzo de 2020 (en pleno crash de la pandemia sanitaria), el Ibex 35 corregía un 5% y una semana después rebotaba más de un 8% en una sola sesión.