Hace justo una semana, el bitcoin lograba marcar un nuevo máximo histórico y, desde entonces, parece que su ascenso no encuentra frenos. De hecho, la principal criptomoneda ha estado encadenando récords. Aunque en la anterior ocasión la 'cripto' tardó dos años en batir la que era su mejor marca y recuperarse de su suelo, esta vez, sus máximos no dejan de sucederse. La pregunta es hasta cuándo puede prolongarse esta tendencia y a qué niveles puede aspirar el bitcoin.

Las bolsas europeas han alcanzado nuevos máximos en el día del Banco Central Europeo (BCE) y el Ibex 35 ha cerrado en niveles no vistos desde 2018. El organismo monetario ha mantenido hoy los tipos de interés en el 4,5%, como se esperaba, pero se ha mostrado más optimista en sus perspectivas de inflación, lo que ha propiciado que la renta variable suba sin obstáculos.

El bitcoin ha resurgido de sus cenizas y ha marcado un nuevo máximo histórico sobre los 69.000 dólares. La principal criptomoneda ha tardado más de dos años en batir su anterior mejor marca, que logró a finales de 2021. Sin embargo, su recuperación ha sido histórica, teniendo en cuenta que no valía ni 17.000 dólares hace tan solo 15 meses tras el colapso de FTX.

Los vigilantes de los bonos amenazan con volver para devolver la lógica al mercado de deuda. En un contexto en el que los intereses van a ser más elevados que de costumbre y los déficits gubernamentales van a seguir desmadrándose, los 'justicieros' del mercado intervendrán para imponer la racionalidad.

Las Siete Magníficas son las acciones 'todopoderosas' de Wall Street. Aunque son solo un puñado de títulos, tienen la capacidad de mover a todo el mercado. Precisamente por eso, unas pocas cotizadas han estado acaparando últimamente gran parte de la atención, al haber sido las principales responsables de llevar a la bolsa a máximos históricos. Sin embargo, este fenómeno no es exclusivo de la renta variable americana y también ocurre en nuestro mercado, aunque no sea tan evidente. El Ibex 35 tiene unas pocas protagonistas capaces de condicionar su destino.

Intel se ha rendido ante Nvidia, siguiendo al pie de la letra la filosofía de los vencidos, que viene a decir que te unas a tu enemigo si no puedes con él. La compañía de procesadores lleva tres años inmersa en un cambio de estrategia e intentando sumarse al carro de la inteligencia artificial (IA). Aunque llegue a destiempo, la encabezada por Pat Gelsinger está intentando hacerse un hueco ofreciéndose a sus rivales. Quiere dar un servicio completo de fundición de chips a sus competidores, de forma que los procesadores más punteros, como los de Nvidia, salgan de sus fábricas.

El auge de la Inteligencia Artificial (IA) está impulsando las ganancias en bolsa a niveles que se acercan mucho a los de una burbuja. Aunque todavía no se haya alcanzado el punto álgido, ya están dando la cara los síntomas que precedieron a otros pinchazos. El rally de las siete magníficas permite hablar de una "mini burbuja que está madurando", según la descripción Michael Harnett, reputado analista de Bank of America (BofA). Un eufemismo de que el mercado se acerca a niveles preocupantes. Microsoft, Apple, Nvidia, Alphabet, Amazon, Meta y Tesla están incubando una fiebre que podría acabar en estado grave.

La crisis del inmobiliario comercial en Estados Unidos no solo se ha trasladado a Europa, sino que ha acabado generando estrés en uno de los mercados más inalterables y seguros. Los propietarios de edificios al otro lado del Atlántico están teniendo serios problemas para pagar su deuda, lo que ya está generando estragos en la banca europea. Actualmente, las oficinas son el activo tóxico y han conseguido que los sudores fríos lleguen a un tipo de deuda que jamás ha registrado un impago.

El optimismo se ha apoderado de la bolsa y los tres ases de Wall Street vienen de lograr máximos históricos. Sin embargo, que los principales índices coticen en torno a niveles nunca antes vistos, justo cuando los tipos de interés están en los niveles más restrictivos de los últimos tiempos, no deja de levantar sospechas. La principal incógnita es si este sentimiento alcista está justificado o si simplemente es FOMO. Algunos analistas creen que el miedo a perderse la fiesta ha vuelto al mercado y advierten de los riesgos que ello conlleva.

Aunque Nvidia es la reina indiscutible en el mercado de chips y ha conquistado a los entusiastas de la inteligencia artificial, hay una compañía británica que le está robando parte del protagonismo. La diseñadora de procesadores Arm, que salió a bolsa hace menos de seis meses, está teniendo una acogida muy dulce entre los inversores, que ya la ven como otra de las ganadoras en la carrera por la IA.