
El mercado se enfrenta a un nuevo reto con el sector bancario que amenaza con cruzar el Atlántico y contagiar a las entidades europeas. Desde que el NYC Bancorp levantó el temor de los inversores por la situación de la banca regional de Estados Unidos, varios bancos de Estados Unidos y de Japón han registrado el desplome de sus acciones por la exposición de estas entidades al sector inmobiliario. Y ya hay bancos europeos, como el Deutsche Pfandbriefbank, que sufren las mismas consecuencias.
Los primeros focos de una posible crisis bancaria, en este caso derivada de la pérdida de valor de los activos de inmobiliario comercial en Estados Unidos, llegan casi un año después del colapso de Silicon Valley Bank, que, en 2023, fue la gran amenaza para los mercados. El año pasado los problemas para el sector estuvieron relacionados con el deterioro de la valoración de los bonos que tenían en cartera, que sufrieron el hundimiento de los precios durante el año 2022. En esta ocasión los problemas están llegando por la depreciación de los activos de inmobiliario comercial (oficinas, principalmente) que se está produciendo. La combinación de la subida de tipos, junto a un mercado laboral que no ha recuperado las dinámicas previas al Covid por la implantación del teletrabajo, están generando las primeras señales de crisis en el sector.
La propia Yanet Yellen, secretaria del Tesoro estadounidense, ha reconocido la preocupación que le genera la situación del inmobiliario comercial americano, aunque ha tratado de rebajar la ansiedad de los mercados al asegurar ante el Congreso estadounidense que "se trata de una situación que vamos a poder manejar, aunque es cierto que puede haber algunas instituciones que van a sufrir estrés debido a este problema".
La entidad alemana, especializada en el real estate y con exposición al inmobiliario comercial en Estados Unidos se deja más de un 5% este miércoles y cotiza por debajo de los 4,7 euros por acción, con lo que se sitúa en mínimos históricos. Hasta la fecha, Deutsche Pfandbriefbank es el mayor damnificado al nuevo eslabón más débil del sector inmobiliario estadounidense y retrocede casi un 20% sobre el parqué desde que el último banco regional destinara una partida excepcional como provisiones ante cualquier crisis del inmobiliario.
El caso de Deutsche Pfandbriefbank no es único. Varios bancos anunciaron tras presentar sus últimos resultados que aumentaban las provisiones por la situación de la deuda de promotores inmobiliarios con los tipos de interés en su punto álgido a ambos lados del Atlántico. Deutsche Bank sería uno de ellos. Y el propio Deutsche Pfandbriefbank tuvo que salir al mercado para calmar a los inversores este miércoles con un anuncio de aumento de provisiones ante la "persistente debilidad de los mercados inmobiliarios", según recoge la prensa alemana.
Además, desde Morgan Stanley habrían recomendado a sus clientes que vendieran sus bonos senior de Deutsche Pfandbriefbank precisamente por este motivo, según recoge Bloomberg. "Existen serias preocupaciones en el mercado del real estate en Estados Unidos. No es un problema para los grandes bancos del país o de Europa, pero las pequeñas entidades alemanas están sintiendo un poco el daño", explicó el estratega de crédito de Rabobank, Paul van der Westhuizen.
El fondo estadounidense KKR también está sufriendo las consecuencias del desplome de los precios de este tipo de activos, y este miércoles ha anunciado que su fondo KKR Real Estate Finance Trust, un vehículo que invierte en hipotecas sobre oficinas y activos inmobiliarios del sector comercial, ha anunciado un recorte de su dividendo del 42%, hasta los 25 céntimos por participación, tras reconocer una pérdida de casi 60 millones de dólares en un préstamo sobre unas oficinas de Philadephia. El anuncio por parte de la gestora ha generado un desplome del valor de las participaciones del fondo, que han perdido en torno al 15% a media sesión de bolsa estadounidense.
"Hay que tener cuidado porque no sabemos exactamente dónde está el fondo", comentó Rafael Thuin, jefe de estrategias de mercados de capitales de Tikehau Capital. "Somos conscientes de que podría haber más problemas en el sector inmobiliario comercial". No obstante, el mercado está más preocupado por la reducción de la rentabilidad que de la propia solvencia, como explican desde Rabobank, ya que la inmensa mayoría de bancos europeos cuenta con capital para hacer frente a estos shocks repentinos y están menos expuestos al sector inmobiliario que las entidades más pequeñas.
El origen del temor
Las acciones de New York Community Bancorp (NYCB) experimentaron en esta jornada un nuevo desplome que supone caer más de un 20% desde la sesión del martes hasta su nivel más bajo desde 1997. Continúan así las ventas en el banco regional por sus malos resultados del cuarto trimestre y por ese aumento de provisiones para préstamos dudosos con el inmobiliario comercial.
En la última intervención de los responsables de la entidad se informó al mercado de que se estaba afianzando el balance después de la adquisición del quebrado Signature Bank: el banco que despertó el mismo temor que el New York Community el año pasado. Mientras, la agencia Moody's rebajó la calificación crediticia de la entidad a basura (Ba2, dos escalones por debajo del grado de inversión).
"Los inversores también estarán atentos a posibles consecuencias en el sector bancario regional estadounidense después de la decisión de Moody's", señala Chris Turner, analista de ING. Por otra parte, la mayor parte de expertos considera que, hasta la fecha, la situación de los bancos regionales estadounidenses no es tan mala como para sufrir el actual castigo de los inversores. "La reacción es exagerada desde un punto de vista fundamental y seguimos siendo constructivos en el largo plazo respecto a este sector", explicó el jefe de investigaciones de Citi, Keith Horowitz.