Redactor de Macro en elEconomista

El estallido de la guerra entre Israel y Gaza añade más presión sobre el PIB español que podría crecer cerca del 1% en 2024, un ritmo mucho menor al estimado. La escalada de la violencia en oriente medio provocó ayer una nueva subida del precio del Brent -otro 0,19 % hasta colocarlo cerca de los 86 dólares el barril- disparando las alarmas y despertando el temor de una nueva recaída del IPC, que haga trastabillar a la economía. El punto de partida no es optimista. Semanas antes del inicio de los ataques, el Banco de España ya enfrió las perspectivas macroeconómicas. Empeoró su previsión sobre la tasa de inflación de 2023 en cuatro décimas -hasta el 3,6%- y elevó la cifra en otras siete para 2024, cuando el organismo prevé que el IPC repunte al 4,3%. Detrás, llegó un corrección a la baja de la economía. Los de Pablo Hernández de Cos esperan que el PIB crezca un 1,8% en 2024, cuatro décimas menos de lo estimado el pasado mes de junio. En sus números de septiembre, la institución ya alertaba del efecto que provocará en la economía el encarecimiento de la energía. Un escenario que -tras lo ocurrido en Israel- se agravará. "El dinamismo de la actividad económica española habría experimentado una cierta moderación en el tercer trimestre del año", apunta en su último informe.

Sumar pretende introducir en el acuerdo de Gobierno que negocia con el PSOE un incremento de los tipos marginales IRPF que sitúe a España como uno de los países europeos con mayor presión fiscal del Estado sobre las rentas altas. Los de Yolanda Díaz forzarán una ampliación del número de tramos a partir de 120.000 euros, que lleve los tipos del 47% -actual- al 52% para aquellos con ingresos superiores a los 300.000 euros. La propuesta no es nueva. En 2012, el Ejecutivo de Mariano Rajoy elevó siete puntos el tipo máximo del impuesto, hasta colocarlo en la cifra a la que Díaz quiere retornar. Lo hizo de manera temporal en plena tormenta económica provocada por la crisis financiera iniciada en 2008.

Pedro Sánchez pretende celebrar su debate de investidura durante la semana del 6 de noviembre para evitar dilatar demasiado las mesas de negociación que mantiene abiertas con varios grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados. No será una tarea sencilla. El presidente en funciones tiene muchos cabos que atar antes de la fecha elegida. No cuenta todavía con un acuerdo de gobierno con Sumar, su principal socio.

Pedro Sánchez acerca posturas con el PNV tras la reunión que ambos han mantenido en el Congreso de los Diputados dentro de la ronda de contactos que el presidente en funciones ha iniciado en busca de apoyos a su investidura. El portavoz de la formación vasca, Aitor Esteban, sigue resistiéndose a confirmar su voto a favor de la reedición del socialista, pero deja entrever que las negociaciones habrían entrado en su recta final. “Hay que proseguir, ir poniendo negro sobre blanco, y eso lo esperamos hacer las próximas semanas”, ha afirmado Esteban que ha insistido en que si logran un acuerdo su grupo parlamentario avalará los futuros Presupuestos. Esa es la intención del PSOE, que busca consensuar acuerdos a largo plazo que den estabilidad a la acción de gobierno.

Pedro Sánchez sigue diseñando el encaje que la amnistía exigida por ERC y Junts pudiera tener, no solo dentro de la Constitución, sino -sobre todo- en el tablero político que se dibuja para los próximos años. La propuesta socialista será diferente a la que será presentada esta tarde por Sumar. “Nosotros lo respetamos, pero no es el documento del PSOE”, ha dicho el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado este martes en La Moncloa. El partido socialista sigue sin dar pistas sobre la alternativa que sigue gestándose en Ferráz, pero sí contará con el aval constitucional. “Cualquier acuerdo que alcancemos será impecable desde el punto de vista constitucional”, ha insistido Bolaños. 

El presidente en funciones, Pedro Sánchez, continúa este martes con su ronda de contactos en el Congreso de los Diputados para tantear los apoyos necesarios previos a un debate de investidura que continúa sin tener una fecha en el calendario. El candidato socialista se reúne a las 11.30 con el portavoz del BNG, Néstor Rego. A las 13.30 le tocará el turno al líder del PNV en la cámara Baja. Los de Aitor Esteban tienen una de las llaves que pueden abrir de nuevo las puertas de La Moncloa a Sánchez durante otra legislatura.

El líder popular, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido a Pedro Sánchez una repetición electoral el 14 de enero para evitar la aprobación de la ley de amnistía que Junts y ERC mantienen sobre la mesa de diálogo abierto con el PSOE. "Que sea honesto y pida el consentimiento de los españoles, ningún político en España tiene consentimiento para aprobar ninguna amnistía", ha exigido el portavoz del PP tras el encuentro que ambos han compartido en el Congreso de los Diputados dentro de la ronda de reuniones que el candidato a la presidencia abrió ayer de cara a la reedición del Gobierno. "Que abandone su intento desesperado de agitar  la calle", ha insistido Feijóo que ha confirmado que esperará al texto de la posible ley de amnistía para decidir si el PP presenta un recurso antes el Tribunal Constitucional. "No podemos mirar para otro lado ante un atropello de la democracia española", ha añadido el líder popular que ha criticado además la falta de fecha para el debate de investidura.La respuesta del PSOE no tardó en producirse. Patxi López fue el encargado de dar la réplica. “La derecha hacer una lectura estrecha de la Constitución”, ha asegurado el portavoz del grupo parlamentario socialista en la cámara Baja.

El complejo encaje parlamentario que ha dejado a su paso el 23-J tendrá un profundo impacto en la economía española. El más que probable vacío de Gobierno hasta bien entrado el último trimestre del año, impedirá que el Ejecutivo en funciones pueda aprobar la batería de leyes necesarias para apuntalar la marcha de la economía. Tampoco podrá comenzar a elaborar unos Presupuestos -los de 2024- claves para un año plagado de incertidumbre. A ello se añaden las dudas que generan en los agentes económicos los posibles cambios legislativos fruto del entramado de pactos que podría urdir Pedro Sánchez con Sumar, ERC, Bildu o el PNV. "Los Presupuestos Generales del Estado para 2024 se van a poder aprobar, en el mejor de los casos, con un fuerte retraso, y si se volvieran a incorporar subidas adicionales de impuestos, las expectativas y la desconfianza de los agentes se podría agravar aún más", explica el director general el IEE, Gregorio Izquierdo.

El Gobierno Vasco abre una brecha con el PSE-EE y aprueba llevar ante el Tribunal Constitucional la Ley de Vivienda. El equipo de Iñigo Urkullu lo hace a pesar del rechazo de los tres consejeros socialistas que se integran en el gabinete del presidente, tras el pacto de coalición firmado en 2020. El movimiento del PNV se produce en plena ronda de contactos entre el PSOE y el resto de grupos minoritarios -incluido el vasco- en busca de un acuerdo de investidura que reedite la presidencia de Pedro Sánchez. 

El miedo a que la ronda de consultas naufrague crece entre los grupos parlamentarios. El PNV teme que las negociaciones entre PSOE y Junts se enroquen, y Sánchez vuelva a lanzar un órdago que abra la puerta a una repetición electoral en Navidad. No es un escenario desconocido en la convulsa política española posterior a 2012 pero, en el contexto post 23-J, sí podría tener unos efectos hasta ahora no vistos