Redactora de Audiencias en elEconomista.es. Graduada en Periodismo y en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad Jaume I de Castellón de la Plana, finalizando estos últimos estudios en 2023. Un año más tarde pasó por el Máster en Documental y Reportaje Transmedia de la Universidad Carlos III de Madrid. Desde entonces se ha centrado especialmente en la redacción web, un ámbito en el que nunca para de aprender. Ha pasado por medios como RTVE y Diario AS, donde descubrió lo apasionante del mundo de la comunicación.

La mayoría de las personas optan por empezar el día con una buena taza de café, un zumo de naranja o algo de bollería. Aunque estos alimentos pueden darnos energía suficiente para afrontar el día, algunos nutricionistas ofrecen algunas alternativas muy saludables que también permitirán afrontar el día de la mejor manera.

El envejecimiento tiene como una de las principales consecuencias una serie de cambios a nivel físico, como la pérdida de la fuerza muscular o la aparición de determinadas dolencias. Sin embargo, esto también implica un deterioro cognitivo. Un estudio ha revelado que el consumo de determinados quesos podría estar relacionado con la aceleración o retraso del deterioro cognitivo.

El consumo de carne fresca en España en 2023 es de alrededor de casi 30 kilos por persona al año, especialmente los tipos que más se consumen son la de pollo y cerdo, probablemente al ser más asequible que otras, según Statista. Si bien, existe un tipo de carne muy beneficiosa y que no es muy consumida en España: la carne de gallina. Este alimento presenta propiedades parecidas a la del pollo, aunque con gran cantidad de beneficios para el organismo.

Las mujeres que sufren algunos trastornos alimenticios (como bulimia o anorexia, entre otros) pueden tener más probabilidades de experimentar síntomas de trastornos del suelo pélvico, concretamente incontinencia urinaria, según una investigación finlandesa y recogida por IM Farmacias.

Uno de los suplementos más populares entre los deportistas es la glutamina en polvo. Esta sustancia es una de las más populares para mejorar el sistema inmunológico, ya que aumenta la capacidad del organismo de defenderse contra enfermedades e infecciones. Una de las particularidades es que se trata de uno de los compuestos más abundantes en nuestro organismo.

Aunque el café aporta gran cantidad de beneficios para el organismo, la realidad es que su abuso puede conllevar algunas desventajas como problemas de sueño o una presión arterial alta, entre otros. Es por ello que muchas personas buscan cada vez más alternativas para intentar reducir al máximo posible el consumo de esta bebida. A continuación, te contamos algunas alternativas para obtener más energía de forma natural, según recoge Health.

El estudio de The English Longitudinal Study of Ageing (ELSA), que investiga el bienestar de personas mayores de 50 años realizado en Inglaterra ha recogido mayores niveles de felicidad entre personas de la tercera edad que antes del Covid-19. Según los expertos, esto puede deberse principalmente debido a una mayor sensación de satisfacción y valoración de las relaciones entre personas, recoge The Independent.

Uno de los aspectos que más han suscitado debate entre médicos y científicos es la utilización del Índice de Masa Corporal (IMC) como principal indicador de la obesidad. Desde hace unos años, se ha promovido una revisión radical de este medidor, ya que se trata de una fuente no del todo perfecta para medir la grasa corporal de una persona.

El pan rallado es uno de los elementos más versátiles en la cocina, pues se utiliza en múltiples platos. Esa capa crujiente crea conocidos fritos que resultan irresistibles. A pesar de su buen sabor, no es un ingrediente del todo saludable, ya que además de contener altos niveles de carbohidratos, suele cocinarse habitualmente con gran cantidad de aceite. Es por eso que muchas personas buscan alternativas más sanas, procurando no perder ese característico sabor.

A diferencia de lo que se suele pensar, la edad biológica es el indicador que muestra el estado funcional del cuerpo, teniendo en cuenta el nivel de envejecimiento de las células, tejidos y órganos del sistema. Esta suele confundirse habitualmente con la edad cronológica, la cual se basa únicamente en contar el tiempo que transcurre desde el nacimiento.