Redactora de Audiencias en elEconomista.es. Graduada en Periodismo y en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad Jaume I de Castellón de la Plana, finalizando estos últimos estudios en 2023. Un año más tarde pasó por el Máster en Documental y Reportaje Transmedia de la Universidad Carlos III de Madrid. Desde entonces se ha centrado especialmente en la redacción web, un ámbito en el que nunca para de aprender. Ha pasado por medios como RTVE y Diario AS, donde descubrió lo apasionante del mundo de la comunicación.

Una buena salud pasa por una alimentación equilibrada y la práctica habitual de ejercicio, principalmente. Sin embargo, resulta también imprescindible prestar atención a tu cuerpo, puesto que cualquier pequeño cambio podría significar la existencia de algún tipo de enfermedad.

El paso de los años conlleva una de las enfermedades más comunes como son las cataratas. Visión cada vez más borrosa, colores descoloridos, problemas para ver en ambientes oscuros o fatiga visual son algunos de los signos más tempranos. Estos suelen desarrollarse de forma progresiva, de ahí que en muchos casos pasen desapercibidas, puesto que realmente no causan ningún dolor, según recoge The Independent.

Un grupo de científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), de la Universidad de Cambridge y de la empresa Tailor Bio ha descubierto biomarcadores genómicos capaces de identificar a los pacientes oncológicos que no obtendrán resultados positivos con tratamientos de las tres quimioterapias estándar, lo que podría evitar efectos secundarios innecesarios y mejorar el uso de tratamientos en la práctica clínica, según se publica en la revista Nature Genetics y recoge el Servicio de Información y Noticias Científicas.

La flor de azahar es la que produce el naranjo, la cual se caracteriza por su intenso aroma, de ahí que haya sido tradicionalmente muy utilizada en el mundo de la cosmética e, incluso, de la medicina tradicional, debido a sus efectos calmantes y antiinflamatorios.

Las lesiones de las articulaciones son una de las afecciones más habituales entre muchas personas, cuyas causas van desde un movimiento erróneo durante la práctica deportiva, caídas o incluso por dolencias propias del envejecimiento. Si bien en algunos casos lo más recomendable es guardar reposo, en otros puede resultar muy positivo la práctica leve o moderada de ejercicio.

Sentir una mayor predilección por los dulces y los alimentos ultraprocesados es algo que no siempre podemos evitar. Según explica la psicóloga y experta en nutrición emocional al portal WeLife, Ana Morales, "se trata de algo evolutivo, lo llevamos codificado". Indudablemente, este tipo de alimentos "nos proporcionan energía de una forma muy rápida y, además, nos dan un subidón de azúcar que es lo que necesitaban nuestros antepasados cuando estaban en las cavernas", añade Morales.

El mantenimiento de una buena memoria con el paso de los años es algo que muchos buscan. Una de las formas más importantes de conseguirlo es a través de un estilo de vida saludable, que combine una alimentación equilibrada junto a la práctica habitual de deporte. No obstante, existen algunos alimentos con mayores efectos positivos para la memoria que otros.

La llegada del verano implica en muchos casos las tan deseadas vacaciones y con ello los viajes a otros lugares. Aunque depende de la distancia a la que nos desplacemos, es habitual pasar gran cantidad de horas en diferentes medios de transporte y una forma de que el tiempo pase más rápido es dando una "pequeña cabezada".

El café es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo, cuya moderada ingesta puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir determinadas enfermedades. Esta bebida es rica en antioxidantes, fibra soluble y polifenoles, además también tiene un alto contenido en azúcares, aminoácidos, lípidos, sales minerales y vitaminas.

Como bien sabemos, el dolor es una sensación subjetiva muy difícil de cuantificar, puesto que cada persona lo puede percibir de forma distinta. Entre los factores que pueden influir están algunos como la genética, el funcionamiento del sistema nervioso, el contexto social y cultural, la estructura corporal… Por este motivo, aunque resulta muy complejo determinar exactamente cuál es el dolor más intenso que puede experimentar un ser humano, médicos y científicos han logrado llegar a un consenso común después de varios estudios.