
El pan rallado es uno de los elementos más versátiles en la cocina, pues se utiliza en múltiples platos. Esa capa crujiente crea conocidos fritos que resultan irresistibles. A pesar de su buen sabor, no es un ingrediente del todo saludable, ya que además de contener altos niveles de carbohidratos, suele cocinarse habitualmente con gran cantidad de aceite. Es por eso que muchas personas buscan alternativas más sanas, procurando no perder ese característico sabor.
Una de las alternativas más comunes y que es fácil tener en la despensa de casa son los copos de avena. Los copos de avena finos o triturados sirven para hacer deliciosos rebozados libres de gluten. Además, aportan una buena consistencia a croquetas y hamburguesas vegetales, ya que absorben mucha humedad y ayudan a que la masa ligue.
Por otro lado se encuentra la harina de almendras, ya sea para rebozados o en masas. En este caso, la harina de almendras es baja en carbohidratos y alta en proteínas, por lo que resulta especialmente buena para dietas que busquen una pérdida de peso. Si se mezcla con un poco de levadura nutricional o algunas especias al gusto, el rebozado será aún más sabroso.
Rebozados con toque asiático
Aunque resulte sorprendente, el coco molido es también una opción muy válida para los rebozados. Si lo que se busca es un toque más asiático, sin duda esta es la mejor opción. Entre los nutrientes que más destacan de este es su alto contenido en fibra, ya que representa el 14% de su composición. Igualmente, cuenta con un alto contenido en potasio, vitaminas y minerales como el cobre, magnesio y el zinc.
La maicena o harina de almidón de maíz es uno de los productos más populares en cualquier cocina que se precie. Se trata de un polvo muy fino que se obtiene moliendo el maíz amarillo y uno de sus puntos más positivos es que está compuesto por un grupo de hidratos de carbono complejos, por lo que es de fácil digestión y una buena fuente de energía.
Por último, una de las opciones más originales para utilizar como rebozado es el parmesano. En determinadas dietas bajas en carbohidratos, como es el caso de la dieta Keto o cetogénica, el parmesano puede ser ideal. Se puede utilizar como tal o bien mezclarlo con harina de almendras para darle mayor consistencia.
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