
Uno de los aspectos que más han suscitado debate entre médicos y científicos es la utilización del Índice de Masa Corporal (IMC) como principal indicador de la obesidad. Desde hace unos años, se ha promovido una revisión radical de este medidor, ya que se trata de una fuente no del todo perfecta para medir la grasa corporal de una persona.
La obesidad es uno de los principales problemas en todo el mundo, pues se calcula que una de cada ocho personas padece esta enfermedad. Y es que se trata de una patología que puede conllevar problemas de salud más graves como diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer y problemas respiratorios crónicos.
Aunque en muchos casos la obesidad se considere una enfermedad, la realidad es que no para todas las personas supone un problema en el desarrollo de su día a día. "Hay algunas personas que tienen obesidad y logran vivir una vida relativamente normal", afirma Francesco Rubino, presidente de la Comisión Lancet y presidente de Cirugía Metabólica y Bariátrca en el King's College de Londres, durante una rueda de prensa.
Un indicador impreciso
El IMC se ha utilizado desde la década de 1990 como medida oficial de detección de la obesidad. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, investigadores y activistas presionan para retirar esta medida o dejar de darle tanta importancia al no ser del todo perfecta. Especialmente debido a que no mide directamente la masa de grasa ni cómo esta se distribuye en el cuerpo y los órganos, lo que tendría claros efectos sobre la salud.
Es decir, personas pueden tener sobrepeso basándose en su IMC y que realmente no sean obesas, debido a su alta masa muscular, por ejemplo. Por esta razón, una muestra de 75 grupos de médicos de todo el mundo seguirían utilizando el IMC como herramienta de medición, siempre y cuando el diagnóstico oficial se base en 18 criterios para adultos y 13 para niños y adolescentes. Los expertos confiesan que es probable que se esté sobrediagnosticando la obesidad.
"Cualquier tratamiento que usemos, ya sea estilo de vida, cirugía o medicamentos, tendrá que ser adaptado a cada paciente", explica Rubino. Los médicos aclaran que estos diagnósticos no serán inmediatos, pero las recomendaciones ayudarían a tener en cuenta el metabolismo y eliminar la estigmatización en torno a la obesidad.
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