Que por las empresas anda el fraude, es una realidad más habitual de lo que deseamos admitir. Todo cabe, desde un pequeño desvío de dinero hasta entramados de corrupción bajo techo empresarial. Su impacto es devastador. Por encima de las pérdidas económicas, habita el devastador daño que hunde a una mercantil como son la reputación, confianza de clientes, empleados y socios. Se preguntarán cuál es la diferencia entre una empresa que prospera y otra que se hunde. Sin ir más lejos, la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados, aseguran que las empresas pierden, una media del 5% de sus ingresos anuales debido a este problema. Esas cifras señalan a las empresas que caen por finanzas de manera irreparable

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