Periodista y presentadora de 'Trece al día'
Ana Samboal

Es una imagen grotesca y deformada de la realidad lo que vemos ante nuestros ojos o los espejos nos devuelven el fiel reflejo de un esperpéntico presente? Me pregunto a qué conclusiones llegaría Max Estrella, porque del devenir de la vida política española en las últimas semanas se puede deducir ambas. Si nos creemos a pies juntillas lo que los aspirantes a formar Gobierno nos están diciendo, solo podemos llegar a una conclusión: voluntariamente o forzados por los acontecimientos, nos mienten.

Ana Samboal

Tras el complejo escenario político que han dibujado las urnas, Madrid es, más que nunca, el patio de vecinos en el que los rumores circulan por doquier. Cada cual, por pura vanidad o interés, defiende su quiniela. Y de todo hay porque cualquier cosa puede ocurrir.

Ana Samboal

Vivimos días interesantes. No podemos pedir más. El tiempo nos dirá si estas jornadas pasarán a la historia para bien o para mal, que de todo ha habido en nuestro pasado.

Política

Damos los primeros pasos este año con el estómago encogido. La economía crece con relativa fuerza, pero es un proceso que está todavía en mantillas, al albur de los acontecimientos. Un fuerte vendaval, y amenazan unos cuantos, puede llevarse por delante todo lo que hemos logrado. Con una administración endeudada hasta el cuello, si el catarro chino se convierte en una gripe o algo peor, que nada debemos descartar, puede hacernos un buen descosido. Eso sin olvidar la tensión entre chiíes y suníes en Oriente o el impacto de la amenaza terrorista.

Ana Samboal

Vamos a la carrera, de debate en debate, escudriñando con detalle las sonrisas, los gestos o miradas. Nos llaman la atención también las meteduras de pata. Lógico. Algunas son sonadas. Como telón de fondo, las encuestas, marcando implacables el ritmo. La competición es tan apasionante, está tan abierta, que nos contentamos con observar los esfuerzos de los candidatos.

Ana Samboal

A estas alturas, pocas voces se atreven a cuestionar que el impacto de la actividad humana sobre la Tierra afecta a su estabilidad. Más complicado es encontrar opiniones unánimes sobre el modo de evitarlo. Y es que no es sencillo.

Ana Samboal

En los próximos días, se sucederán en los medios las imágenes de los bombardeos sobre Irak y Siria. Francia, Reino Unido y Rusia -curiosa alianza, dicho sea de paso- parecen por fin decididas a acabar con el monstruo que amenaza nuestra civilización. Es necesario. Pero, si nos quedamos sólo ahí, será insuficiente. Tenemos ya, por desgracia, experiencia para saber que el monstruo vive también entre nosotros, en el corazón de Europa.

Ana Samboal

Nos asombra la serenidad de los franceses. Y su determinación y patriotismo, valiosos intangibles, que, tarde o temprano, les cueste lo que les cueste, les permitirán ganar esta guerra. Nos sorprende porque, en circunstancias similares, en el fondo de nuestro corazón sabemos que nosotros, como sociedad, no responderíamos igual: mientras en Versalles cantan al unísono la Marsellesa, en España hemos sido incapaces de llegar a un acuerdo para poner letra al himno nacional.

Ana Samboal

No llegarán muy lejos. Está comenzando el mes, pero cuando termine hay que pagar las nóminas de los funcionarios, las pensiones y las facturas, por no hablar de los vencimientos de deuda pendientes. Y la caja está quebrada. La bolsa apenas se ha inmutado tras la votación de la moción de ruptura en el parlamento autonómico catalán. Sólo la prima de riesgo ha subido, aunque no ha sido un avance dramático.

Ana Samboal

Corre la vida política a velocidad de vértigo. La información que antes aguantaba una semana en primera página ahora no dura más de dos días. Y al mismo ritmo fugaz que las noticias, avanzan las encuestas. No hay actor que se precie que no tenga la suya. Políticos y medios, pero también las grandes del Ibex, siguen con pasión los sondeos. Los que hace apenas un par de semanas apostaban por un gobierno PSOE-Ciudadanos, ahora celebran con la misma alegría que la aritmética sociológica favorezca una alianza de los de Rivera con el PP. El catalán se ha convertido en el perejil de todas las salsas.