Economía

De nuevo en campaña ante la posibilidad de nuevas elecciones en primavera

Damos los primeros pasos este año con el estómago encogido. La economía crece con relativa fuerza, pero es un proceso que está todavía en mantillas, al albur de los acontecimientos. Un fuerte vendaval, y amenazan unos cuantos, puede llevarse por delante todo lo que hemos logrado. Con una administración endeudada hasta el cuello, si el catarro chino se convierte en una gripe o algo peor, que nada debemos descartar, puede hacernos un buen descosido. Eso sin olvidar la tensión entre chiíes y suníes en Oriente o el impacto de la amenaza terrorista.

En todo caso, no serían más que contratiempos, más o menos graves, si dispusiéramos de una realidad institucional estable, un Gobierno fuerte dotado para llevar el timón por mares procelosos. Es precisamente lo que nos falta.

El esperpento político al que hemos asistido en Cataluña en los últimos meses puede ser una anécdota al lado de lo que podemos llegar a ver a escala nacional. Se han hecho ya las primeras tomas de contacto, esta en juego la Mesa del Congreso. Después vendrá la negociación formal y, por las tomas de posición que apuntan los actores implicados, más de uno y más de dos parece dispuesto a vender su alma al diablo con tal de tocar poder.

A costa de todos y cada uno de nosotros, claro. Con el telón de fondo de unos grandes partidos, pilares sobre los que se ha sostenido el sistema, bajo amenaza de derrumbe si ellos mismos no lo impiden. Así que más vale que tomemos aire, porque el camino será tortuoso.

Con la posibilidad de que en primavera tengamos que afrontar unas nuevas elecciones, bien vale ir tomando nota de los precios que unos y otros ponen a nuestros votos. Por si acaso, ellos ya están en campaña.

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