En la Plaza de la Lealtad, sede de la Bolsa de Madrid, se quedaron sorprendidos por la decisión de Ferrovial de trasladar su sede a Holanda para luego poder cotizar en Estados Unidos. La relación con la empresa de infraestructuras es fluida desde hace tiempo. Sus directivos suelen compartir con frecuencia mesa y mantel con ellos y jamás habían expresado la menor intención de marcharse a Holanda y menos por la dificultad de simultanear la cotización en ambos mercados. No podían explicarse qué había pasado.