
La legislatura se complica. La coalición está a punto de saltar por los aires pese a los esfuerzos de Yolanda Díaz y Félix Bolaños por coser las costuras. Aún resuenan en Moncloa los desplantes de la ministra de Igualdad, Irene Montero a su colega de Justicia, Pilar Llop.
Montero parió la ley del 'Sí es sí' con sus asesores sin consultar en ningún momento a Justicia. Llop protestó a Sánchez, que miró para otro lado, como es habitual, con la vista puesta en acabar la legislatura y disfrutar de su presidencia de la UE.
Cuando sonaron todas las alarmas por las rebajas de condenas y las excarcelaciones, Llop ofreció colaboración para remodelar la normativa. Pero Montero se negó una y otra vez.
Sánchez sólo tomó cartas en el asunto cuando vio el desplome en las encuestas. Todo lo que había ganado desde el comienzo de la guerra, gracias a los miles de millones gastados en ayudas para combatir la crisis energética, se vino abajo en las últimas semanas. El suelo de los populares en los sondeos está en 140 diputados, veinte más que los socialistas. En Podemos las cosas van aún peor, se dejarían la mitad de los diputados si los comicios fueran mañana.
Conocedor del tenebroso panorama electoral para los socialistas, el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, se tomó la revancha. El 31 de enero pasado, la CEOE no acudió a la mesa de negociación con la vicepresidenta y los sindicatos para subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). La patronal había enviado su propuesta para subirlo el 4%, pero no había obtenido respuesta oficial.
En un comunicado, la CEOE alegó que "no se dan las condiciones" para asistir a la reunió, dado que el Ejecutivo no ha puesto en marcha la preceptiva consulta con los agentes sociales en lo transcurrido del mes de enero, no ha realizado una propuesta formal y tampoco ha dado respuesta a la que hizo la patronal en su día.
La decisión se tomó de manera exprés, en una breve conversación entre Garamendi y Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, que previamente reunió al equipo directivo.
El diálogo está interrumpido desde hacía meses. Desde que Díaz introdujo sin consultar a la patronal una enmienda en la Ley de Empleo para reinstauró el permiso administrativo a los ERES por la inspección de Trabajo. Luego el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, incrementó las cotizaciones máximas y añadió 0,6 puntos por el mecanismo intergeneracional de las pensiones. También por decreto ley. Atrás quedaron los días de vino y rosas en los que Garamendi y Cuerva se fotografiaban con Díaz y los sindicatos.
"Es como si te invitan a una fiesta, en la que luego tienes que pagar la factura", señaló gráficamente Garamendi. Y dio en la diana, porque ese miércoles, 1 de febrero, Sánchez anunciaba un incremento del 8% en el SME unos minutos después de que concluyera la reunión entre sindicatos y Trabajo. El pacto estaba amañado de antemano.
A día siguiente, Garamendi volvió a desafiar a Sánchez al enviar a su vicepresidente primero y presidente de CEIM, Miguel Garrido, a la cumbre empresarial entre España y Marruecos en lugar de acudir en persona, como se había comprometido. Una cita importante para Sánchez a fin de escenificar la etapa de buenas relación entre los dos países.
Garamendi adujo razones personales, concretamente una cita médica ineludible. Pero tanto en la delegación española como en la marroquí su ausencia sentó muy mal, porque ese mismo día se dejó fotografiar en varios eventos en nuestro país.
El plantón estaba justificado moralmente por los ataques constantes a los empresarios. Hacía poco más de una semana que la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, acusó a Juan Roig, presidente de Mercadona, de "llenarse los bolsillos, siendo un capitalista despiadado". Antes había arremetido con Ana Botín. "Si ganas 9.000 millones al año no eres un empresario, eres un usurero", dijo en referencia a los beneficios del Santander. Sus palabras, además, no obtuvieron ni un reproche de Yolanda Díaz. Al contrario, la vicepresidenta pasó al ataque contra los hipermercados.
Sólo la vicepresidenta Nadia Calviño, que mantiene una buena relación con Garamendi, intentó calmar el ambiente. "Tenemos que bajar el tono en general", señaló en relación con la descalificación a los empresarios.
La regularización del sueldo de Garamendi, conocida en plena refriega con el Gobierno, ya fue aprovechada el pasado jueves por Díaz para reanudar sus ataques. Anunció que investigaría si el presidente de la patronal actuó como falso autónomo, (antes estuvo cuatro años al frente de Cepyme) a la par que cargó contra su sueldo.
Díaz recurrirá, una vez más, al populismo, porque el cambio de estatus legal no pasa de una falta administrativa, según fuentes consultadas por elEconomista. "La diferencia de ingresos para el Estado entre su aportación como autónomo o la cotización máxima como ejecutivo de la CEOE puede ser de entre 10.000 y 15.000 euros anuales", señalan estas mismas fuentes. Una cifra irrisoria para los presupuestos que maneja el organismo.
Asimismo, el incremento de la remuneración del 9% real está en línea con el resto de empleados de la CEOE, ya que responde a una actualización del acumulado desde que accedió al puesto hace cinco años y no a la subida de 2023, que es del 3%. Además, hay 50.000 euros de variable que pasan a fijos al tener funciones ejecutivas.
Su sueldo tiene que ser aprobado en junta directiva cada año y no se había producido desde su llegada a la presidencia en 2018. El principal daño es reputacional y, sin duda, será utilizado por el Gobierno para debilitar a la patronal y redoblar sus ataques contra el mundo empresarial de aquí a los comicios locales y autonómicos de mayo.
La regularización amenaza con reabrir las heridas internas. Tras su renovación por aplastante mayoría, Garamendi firmó la paz con el presidente de Foment, Josep Sánchez-Llibre, quien aceptó dejar la representación ante las Cortes a cambio de triplicar el número de miembros en el comité ejecutivo. Un pacto artificioso del que las dos partes desconfían.
El ataque oficial propicia el acercamiento de posturas con Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, cuya organización patronal teme su absorción por CEOE. Cuerva estuvo entre los asistentes, que acataron de manera unánime la nueva remuneración, como remarcó la patronal en un comunicado.
La vía del diálogo no se debería abandonar y sería más prudente dejar los pulsos al Gobierno para una ocasión mejor. El plantón del SMI es entendible, pero el de Marruecos sobraba, por mucho que uno sea de Bilbao. La próxima cita será sobre la financiación de las pensiones, en la que la patronal se plantea volver a sentarse en la mesa de negociaciones. También sería deseable alcanzar un pacto de rentas, para evitar que los salarios se disparen en los próximos años al calor de la inflación.
Los sindicatos, que han salvado al Gobierno al evitar la convocatoria de huelgas contra la inflación, pueden transformarse en el mayor enemigo de la estabilidad económica a medio plazo. Demandan subidas salariales al mismo ritmo que los beneficios empresariales. Un sin sentido, que nos arruinaría.
Aunque la legislatura se complique, Sánchez tiene fama de superviviente nato y es un experto en el uso del manual de resistencia mientras que la vicepresidenta segunda está desesperada por reconciliarse con Montero y Belarra para frenar su caída en picado. Ninguno de los dos escatimará medios y recurrirá a lo que sea necesario para permanecer en el poder. Los empresarios, con Garamendi a la cabeza están en su diana. El enfado con el presidente de la patronal es supino, según medios oficiales. Cualquier material sensible será utilizado en su contra.
PD.- Después de los políticos, los periodistas somos los profesionales menos valorados por la sociedad. La patronal de los periodistas económicos, APIE, es la única que aún no se pronunció sobre la reciente sanción de la CNMV al periodista de El Confidencial, Agustín Marco, por la compra de acciones con información privilegiada. El hecho de que el presidente de la APIE trabaje en el mismo medio que el sancionado no debería ser óbice para conocer la opinión de esta organización profesional. El interés común y el de la profesión debe ser prioritario.