opinión | Alberto Molpeceres
En los últimos meses muchas pymes se han llevado la sorpresa de que su banco ha dejado de aceptarles los ficheros para hacer pagos y cobros que les habían aceptado durante años. En realidad deberían haberlo hecho bastante antes, pero, la permisividad de una parte, y no tener claros los beneficios de incorporar los nuevos formatos por la otra, ha provocado que este proceso se haya dilatado en exceso.