El sector energético vive un profundo y acelerado proceso de transformación, impulsado por un modelo apalancado en las tres “Ds”: Descarbonización, Descentralización y Digitalización. Se trata de un proceso que se ha visto acelerado en los últimos años por el crecimiento de la demanda de energía en los mercados emergentes, el impacto de la pandemia en la actividad económica y la previsible reducción global de la demanda, que la consultora DNV GL sitúa entre el 6% y el 8% hasta 2050.