
El sector energético vive un profundo y acelerado proceso de transformación, impulsado por un modelo apalancado en las tres "Ds": Descarbonización, Descentralización y Digitalización. Se trata de un proceso que se ha visto acelerado en los últimos años por el crecimiento de la demanda de energía en los mercados emergentes, el impacto de la pandemia en la actividad económica y la previsible reducción global de la demanda, que la consultora DNV GL sitúa entre el 6% y el 8% hasta 2050.
Microsoft está desarrollando alianzas estratégicas para proyectos de transformación digital en compañías energéticas en todo el mundo; su análisis permite identificar oportunidades de crecimiento de la industria, así como aprendizajes aplicables a las compañías del sector. La transición a un modelo energético más sostenible está impulsando una reestructuración del sistema de energía mundial, con una apuesta por un mix energético más diverso, una mayor capacidad de elección de los consumidores, mercados más localizados y niveles crecientes de integración y competencia. Los cambios en los modelos operativos y la adopción de tecnologías innovadoras están transformando los mercados y proporcionando importantes ahorros en las operaciones de las compañías energéticas.
Desde nuestra experiencia, existen cuatro escenarios clave en los procesos de digitalización de las compañías energéticas: optimización de operaciones, transformación de la fuerza laboral, generación de nuevos modelos de productos y servicios y mejora de la sostenibilidad.
Optimización de operaciones
Todas las compañías energéticas con las que trabajamos están desarrollando proyectos de digitalización de sus operaciones para incrementar la eficiencia y la fiabilidad, mediante el uso de herramientas de análisis predictivo basadas en tecnologías de inteligencia artificial.
La mejora de las operaciones incluye también la digitalización de la red, conectando localizaciones remotas y mejorando el control automático. El objetivo es reducir la variabilidad de los procesos y el impacto medioambiental, mejorando la producción, disponibilidad y distribución de la energía. En este punto, la monitorización inteligente (utilizando drones y tecnologías de IA, por ejemplo) el mantenimiento predictivo mediante la instalación de sensores y el desarrollo de gemelos digitales se consolidan como soluciones fundamentales.
Compañías como Petronas o Sembcorp han apostado por IoT e Inteligencia Artificial de Microsoft para monitorizar todas sus operaciones y garantizar un mantenimiento predictivo.
Transformación de la fuerza laboral
Las compañías energéticas se enfrentan al reto de la transformación de su fuerza laboral, un proceso que se ha acelerado y cuya complejidad ha aumentado al hilo de los cambios en el modelo de trabajo que ha traído la COVID-19. Las organizaciones de la industria energética con las que trabajamos en todo el mundo están planteando escenarios híbridos que integran virtualidad y presencialidad de sus equipos.
Las soluciones de inteligencia artificial permiten automatizar las labores repetitivas, liberando tiempo de calidad para la interacción con clientes. Y, en los centros de producción y distribución, el uso de inteligencia artificial y realidad mixta favorece la automatización y aumenta la seguridad de las operaciones. Es el caso de Vale, en Brasil, que ha automatizado las labores de extracción en sus minas; o Rio Tinto, que ha conecta a sus 55.000 empleados en 40 países con tecnología Microsoft.
Nuevos modelos de productos y servicios
La explotación de los datos, mediante herramientas de análisis e inteligencia de negocio, es la clave para identificar ventanas de oportunidad en un mercado ultra competitivo. El objetivo es añadir valor a la oferta existente para clientes residenciales, comerciales e industriales, añadiendo capas de digitalización e inteligencia que permitan una nueva combinación de productos, servicios y modelos de negocio. Se trata de monetizar la innovación.
Mejora de la sostenibilidad
El escenario más relevante en el que trabajamos con compañías energéticas en todo el mundo tiene que ver con la descarbonización de sus actividades. Y, en este sentido, creemos que el paquete Fit-for-55 anunciado recientemente por la Comisión Europea marca el camino a seguir.
Microsoft se ha comprometido a ser negativo en emisiones de CO2 en 2030, y, para 2050, queremos haber extraído del medio ambiente todo el CO2 que hemos generado desde nuestra fundación en 1975. Un ejemplo de nuestro esfuerzo en este sentido es el de la descarbonización de nuestros más de 200 centros de datos, que en 2025 sólo usarán energías renovables.
Al hilo de Fit-for-55, es fundamental acelerar las iniciativas de reducción y eliminación del carbono. Para facilitar la transición ecológica, los mercados de energía necesitarán una infraestructura de red de nueva generación. Esto garantizará la interconexión de nuevos recursos de energía limpia y operaciones eficientes y de confianza. Asimismo, será necesario fijar normas que garanticen que las emisiones de carbono se midan de manera precisa, coherente y fiable. A menos que todos midamos las emisiones de carbono de la misma manera, nunca sabremos con certeza si estamos progresando realmente.
El progreso en la reducción y eliminación de carbono requerirá un amplio abanico de soluciones digitales innovadoras para crear redes de energía inteligentes centradas en energías renovables, que sean capaces de gestionar y mantener servicios asequibles, fiables y sin emisiones de carbono.
La transformación de la industria de la energía alrededor de la Descarbonización, la Descentralización y la Digitalización abre nuevos escenarios de oportunidad para las empresas energéticas españolas, que están liderando a nivel mundial el cambio hacia un nuevo modelo energético sostenible.
En Microsoft, estamos orgullosos de formar parte del proceso para garantizar que así sea y de contribuir a la transformación digital del sector energético para seguir avanzando en este objetivo.