Sector financiero
- 02/12/2016, 07:24
La ambición por ganar tamaño casi en la antesala del estallido inesperado de la burbuja inmobiliaria y la avalancha regulatoria han empañado el histórico brillo del Popular. Fundado para dar servicio a empresas, el banco era el ejemplo de solvencia y eficiencia, y codiciado por operar en uno de los nichos más rentables en los años noventa. Pero la entidad a la que las firmas de rating premiaban con las calificaciones de mayor solidez, es hoy la más cuestionada por culpa del lastre inmobiliario y la mala digestión del Pastor, que quiso resolver a pulmón, sin solicitar ayudas, bajo la consigna de no arriesgar su control dada por el núcleo accionarial.