
Ángel Ron deja la presidencia del Popular doce años después de su nombramiento. De carácter afable y tranquilo, ha vivido en los últimos meses una de las batallas más tensas que se recuerdan en el seno de una entidad financiera española. Le sustituye Emilio Saracho, un banquero de inversión y amante de la navegación.
Siempre guardando la compostura, Ron se ha enfrentado al final de su mandato con las pulsaciones bajas, al menos de cara al exterior. Siempre correcto en sus expresiones y en sus maneras, a pesar de que el momento era convulso. Muy convulso.
Hace cinco meses aseguraba con firmeza que nadie en el consejo de administración le había pedido su dimisión ni tampoco la de ningún alto ejecutivo de su equipo.
Ron llegó 2004 a la presidencia del Popular de la mano de Luis Valls tras una sucesión tutelada. Se convirtió en el baquero más joven de la época, aunque ya contaba por entonces con una larga trayectoria profesional. Tenía apenas 42 años y ya se codeaba con 'colegas' del sector de la talla de Emilio Botín o Francisco González.
Tomó las riendas de la entidad en una época dulce. La economía crecía con fuerza y la actividad inmobiliaria entraba en una espiral de ascenso de impredecibles consecuencias. Ron aprovechó el momento para que el banco no se quedara atrás. Elevó con fuerza la cartera crediticia para el Popular ganara terreno e inició el plan de internacionalización, con la entrada en Estados Unidos y México. Su objetivo era que el 30% de los beneficios procedieran del exterior. Pero el estallido de la crisis frenó este objetivo.
El banquero tranquilo consiguió, eso sí, mantener la independencia del Popular y derribar algunas operaciones hostiles. Contó con el apoyo de las familias tradicionales del banco, hasta ahora. Resistió, por ejemplo, al intento fallido y fraudulento del promotor Trinitario Casanova de controlar el sexto grupo financiero español. Y adquirió el Pastor para reforzar el banco en plena oleada de fusiones del sistema, sin ayudas públicas.
Ron hacía gala de que el Popular no sólo no había acudido al Estado para sobrevivir, sino que había contribuido al saneamiento y recapitalización de la banca de nuestro país con dinero, a través de la Sareb y del Fondo de Garantía de Depósitos. Pero, quizás, la adquisión del Pastor, sin ayudas, fue el principio del fin de su mandato y el deseo del banco de deshacerse poco a poco de una cartera ingente de ladrillo sin provocar grandes pérdidas, que ha sido el detonante de su caída.
Batió récords
Ron batió distintos récords durante su carrera. Fue el banquero más joven. Con tan sólo 29 años se hizo cargo del antiguo Banco de Depósitos, tras llevar las riendas de la dirección regional de Galicia del Popular en 1984. Con formación jurídica -Estudió Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela-, asumía entonces la responsabilidad sobre 300 empleados. Empezó así su preparación para dar el gran salto en una carrera meteórica.
El Popular, al que ha estado vinculado toda su vida profesional, se encargó después la dirección comercial de todas las franquicias regionales y entró a formar parte del departamento presidencial, hasta que en 2002 se convirtió en 2002 en consejero delegado, sustituyendo en el cargo a Fulgencio García Cuéllar. Él mismo contaba alguna vez que se había ganado la confianza de Valls, por su trabajo y también por las opiniones que a veces le pedía sobre asuntos delicados.