Vuelve el barómetro electoral del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) en plena negociación de la investidura de Pedro Sánchez. Según el estudio, el PSOE volvería a ganar las elecciones generales por delante de Ciudadanos, segundo, y de un PP al que casi triplicarían en intención de voto los de Pedro Sánchez.
El sondeo del centro presidido por el socialista José Félix Tezanos, elaborado entre los días 1 y 11 de junio, al calor del resultado de las autonómicas y municipales del 26 de mayo, añade más presión al estado actual de la situación política. Sánchez se somete a la investidura los días 22 y 23 de julio sin acabar de cerrar un acuerdo con Unidas Podemos y sin visos de que Ciudadanos o el PP se vayan a abstener. La repetición electoral se daría el domingo 10 de noviembre.
Atendiendo a las cifras exactas del sondeo, concretamente al porcentaje de voto directo en la encuesta sobre el voto emitido, el PSOE se alza con un 39,5%, seguido de Ciudadanos (15,8%), PP (13,7%), Unidas Podemos (12,7%) y Vox (5,1%). Comparando estas cifras con lo ocurrido en las generales del 28 de abril, el PSOE experimenta una considerable subida desde el 28,7% obtenido. El PP se deja por el camino tres puntos (sacó un 16,7%) y Ciudadanos se mantiene aunque con ligero estancamiento, ya que pierde una décima (cosechó un 15,9%). También caen Unidas Podemos (se alzó con un 14,3% en abril) y Vox, que se quedaría a la mitad (en las generales obtuvo un 10,3%).
Si la comparativa se hace con el anterior CIS, publicado el pasado 30 de mayo, el PSOE remonta tres puntos, el PP dos, Ciudadanos pierde medio, Unidas Podemos se deja 2,6 y Vox cae dos décimas. Se apreciaría por tanto una ligerísima recuperación del bipartidismo en medio de la maraña de negociaciones por alzarse con el poder en los ayuntamientos y en una coyuntura en la que, si bien aún no se hablaba directamente de repetición electoral, PSOE y Unidas Podemos experimentaban los primeros roces en la búsqueda de un acuerdo al querer los de Pablo Iglesias ocupar ministerios en el nuevo Ejecutivo.
El PSOE intentará, con estos datos en la mano, trasladar la presión a Unidos Podemos en las semanas que quedan de negociación buscando imponer el marco de que una repetición electoral beneficiaría a los socialistas y perjudicaría a los de Iglesias, señalándoles como culpables de forzar otros comicios por no transigir en su idea de entrar al Ejecutivo.
No obstante, hay que calibrar el impacto amortiguado del CIS en la opinión pública y en el tablero político. Si el vendaval de críticas contra Tezanos por quitar y poner la 'cocina' y por los altos resultados siempre de Sánchez se detuvo cuando acertó en su pronóstico de las generales, los vituperios han vuelto al errar en el sondeo del 26-M -dijo que la izquierda ganaría Madrid con margen- y tras la nota de prensa relativa al barómetro de mayo en la que se hicieron malabarismos varios para que el titular fuera que un 44% de españoles quiere un Gobierno monocolor del PSOE.
Con todo, el CIS se cura en salud al explicar la metodología del barómetro de junio: "Los datos de barómetro de junio muestran la volatilidad existente en la opinión pública en el momento en el que se hicieron las encuestas. Recoge las reacciones de los ciudadanos tras conocer los resultados de las elecciones europeas, autonómicas y municipales y, en ese sentido, se trata de posiciones manifestadas tras conocer el peso electoral de cada partido expresado en las urnas".
"Por lo tanto, las condiciones en las que se hicieron las encuestas no pueden considerarse como propias de una situación de opinión pública normalizada y en equilibrio, sino como una situación atípica en términos de clima social. Consecuentemente, los datos deben valorarse más bien como un reflejo del pasado (consecuencia inmediata de los resultados de las elecciones europeas, autonómicas y municipales), que como una plausible medición de eventuales comportamientos futuros", zanjan los de Tezanos.