Lleva mareando la perdiz desde que llegó. En la última semana ha cambiado de parecer un par de veces. Aunque bien podría ser gallego, porque ya no se sabe si sube o baja, es catalán. Me refiero al conseller de Economía de la Generalitat, Jaume Giró. Hace unas semanas reunió a los 34 afectados por las sanciones del Tribunal de Cuentas para comunicarles que el tema estaba solventado. La Generalitat cubriría la indemnización mediante la creación de un fondo de diez millones, respaldado por el Instituto Catalán de Finanzas (ICV) y el contraaval del Sabadell. Ni una cosa ni la otra eran ciertas.
El Sabadell no había dado una contestación todavía. Consultó con sus servicios jurídicos y denegaron la operación por las dudas legales que planteaba, al igual que hicieron el resto de entidades financieras.
Esta semana tenía cita en el Parlament y aprovechó una pregunta pactada de su compañera Elsa Artadi para explicar la situación. En su exposición, dio un giro copernicano de 180 grados y negó que la Generalitat fuera a avalar lo que había prometido a los 34 encausados. ¿El motivo? No poner en riesgo a los empleados del banco público.
Su afirmación volvió a desvanecerse como un azucarillo a la mañana siguiente. Donde dije digo, digo Diego. Ahora, resulta que los abnegados empleados han cambiado de opinión. Le llamaron para manifestarle su disposición a sacrificarse por la república.
La realidad es bien distinta. El jefe de la tropa, Pere Aragonès, le pidió que la Generalitat asumiera el coste del embargo de los acusados, entre los que se encuentran los jefes supremos de ERC, Oriol Junqueras, y de Junts, Puigdemont, junto a varios exconsellers. Giró se plegó después de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña desestimó la demanda por malversación por este mismo asunto contra Aragonès, al tratarse de un aforado.
Giró es temeroso de Dios, pero lo es más de la pérdida de su patrimonio. Por eso no acierta con el TC
Es decir, que si hubiera que dar marcha atrás por malversación, porque el informe del Consejo de Garantías es negativo, o pedir responsabilidades porque el ICF no puede avalar a particulares y menos sin apoyo de una entidad financiera, serán los funcionarios del organismo los que paguen los platos rotos y no el conseller de Economía. ¡Valiente decisión! Como buen catalán, Giró es temeroso de Dios, pero lo es más de la pérdida de su patrimonio.
¿Y qué piensa de todo esto el Gobierno?, ¿por qué no recurre la decisión? Pues básicamente, porque están dispuestos a tragarse el sapo. El mismo día que Giró daba el paso adelante de avalar al independentismo, el Gobierno sacaba por un solo voto el decreto que Iceta se sacó de la chistera sobre la contratación de los interinos, gracias al apoyo envenenado de ERC.
Los ministros y ministras (o quizá debería añadir ministres) del Gabinete de Sánchez se van a quedar sin vacaciones este año. unos porque son recién llegados y el resto para seguir con los deberes ¡Total, no se puede comer chuletón¡, que diría Garzón. La nueva titular de la cartera de Función Pública y portavoz, Isabel Rodríguez, tiene una cita a principios de agosto con los responsables del Govern para ver la manera de compensarlos por el apoyo al Presupuesto.
Sánchez no logró cita con el alcalde de Nueva York y se saltó Florida, por el rechazo cubano
El marco formal del encuentro es la comisión bilateral. La relación de "vasallaje", como la califica Giró, entre el Estado y Cataluña tiene un coste muy alto. ¿Pero qué precio tiene seguir en el Gobierno? Eso no se puede pagar con dinero.
De despilfarro también se puede tildar el gasto de Sánchez y su séquito oficial en su gira turística por Estados Unidos. Una semana visitando a los responsables de grandes fondos de inversión y al presidente de Apple, Tim Cook, para hacerse una foto con él sin lograr un euro nuevo de inversión. Lo único que cosechó fue un rapapolvo por las inquietantes noticias que les llegan sobre las reformas laboral, de pensiones o de vivienda.
Moncloa, asesorada por el presidente de la Cámara de Estados Unidos en España, Jaime Malet, eludió la visita a Florida, una de las zonas en mayor expansión económica, para no verse las caras con el lobby cubano, y menos aún después de que la ministra Rodríguez manifestara su respeto por la "democracia" cubana.
El otro lugar donde no apareció ni en pintura fue por Washington, ya que ningún funcionario de la Casa Blanca, desde el presidente Biden al bedel de guardia, se dignó en recibirlo. Una cita obligada por cualquier gobernante, la del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, tampoco pudo ser concertada.
No me extraña que las grandes empresas españolas hayan rehusado acompañarle. Los directivos con intereses en Estados Unidos como Ignacio Sánchez Galán, Rafael del Pino o Florentino Pérez están interesados en estrechar lazos con el Gobierno de ese país, no con Sánchez o con los fondos, con lo que mantienen una relación fluida.
Parece mentira que España fuera el país que descubriera América. El primer occidental que pisó su territorio fue Ponce de León, el 2 de abril de 1513, en la costa de Florida. Otro español ilustre, el monje franciscano Fray Junípero Serra fundó una decena de misiones en la Alta California (lo que hoy es el sur de Estados Unidos). Si hoy levantara la cabeza, se quedaría de piedra.
La diplomacia española en Estados Unidos es irrelevante y así nos va luego con el predicamento conseguido en ese país por los independentistas catalanes. Es difícil hacer más el ridículo, sin ni siquiera una mención o un acto conmemorativo de nuestra historia común durante el viaje.
Lo peor es que el mismo descrédito nos persigue en Europa. El varapalo de Bruselas, aprovechando la presentación de su informe anual, por la falta de independencia del Poder Judicial es más propio de un país bananero de la América colonial.
Bruselas tiene bajo vigilancia a España, no solo por la falta de independencia de los jueces, también por la ausencia de reformas económicas o el intento de retroceder otras por la puerta de atrás, como la laboral. Nos respetan porque se trata de la cuarta economía del euro y quieren dar la sensación de unidad después del Brexit. Pero veremos cómo acaban los fondos europeos, después de que un juez anulara las ayudas a Plus Ultra.
Europa también critica la politización de la Fiscalía. Véase el ensañamiento con algunos directivos del Ibex, como los presidentes de Repsol o de CaixaBank, Antonio Brufau e Isidro Fainé, respectivamente, de los que solicitó su imputación por la contratación del excomisario Villarejo, pese a la falta de pruebas sobre su conocimiento real de los hechos.
El desprestigio de las instituciones españolas va en aumento en el exterior. Los múltiples problemas internos están empezando a desbordar nuestras fronteras. Y tarde o temprano, golpearán la economía nacional en forma de desconfianza o menor crecimiento.
PD.-Un caso muy diferente al de Fainé, Brufau o Galán es el del expresidente del BBVA Francisco González sobre el que esta semana se ampliaron las acusaciones al delito de presunta administración desleal.
Es también inaudita la falta de colaboración de la entidad que ahora preside Carlos Torres. El auto del juez García Castellón pone de manifiesto que el forensic realizado por PriceWatherhouse, pese a alargarse durante varios meses, ocultó datos relevantes a la Justicia.
La cuenta abierta en Google Drive para destruir pruebas de Cenyt se realizó con total opacidad. La agencia de Villarejo fue contratada fuera de los procedimientos habituales utilizados con otros proveedores y su coste se cargaba a la cuenta de quebrantos de la entidad. Con todos estos indicios, es difícil que FG y su equipo directivo escapen vivos. Torres más altas han caído.