
Se acaba de cerrar una desconcertante semana de mercado, en la que el comportamiento de los activos parecía desafiar a la lógica. Se esperaba, por ejemplo, que el dólar se hundiese en caso de que Donald Trump triunfase en las presidenciales, pero el billete verde ha subido un 2,5% frente al euro en los cinco últimos días.
También se preveía que, ante una victoria republicana, el dinero huyese de la bolsa, pero Wall Street se ha permitido el lujo de marcar nuevos máximos históricos y de protagonizar su semana más alcista de los últimos cinco años en el caso del Dow Jones. No subía tanto en cinco sesiones desde la primera semana de diciembre de 2011. Además, se suponía que los bonos servirían como alternativa a la renta variable, pero las ventas han predominado en la deuda pública. En el caso del bono español a diez años ha provocado pérdidas al inversor del 2%.
En un momento de mercado que cuesta comprender, ¿qué puede esperarse del Ibex? El índice de referencia de la bolsa española, que se encuentra en el nivel de los 8.639 puntos después de ser el único selectivo europeo en cerrar con pérdidas en la semana; éste tendría que escalar un 10,5% para ponerse en positivo en el año, es decir, para recuperar los 9.544 puntos en que cerró 2015.
En Europa, sólo el italiano Footsie Mib está más lejos que él de borrar las pérdidas. Encaramarse a esa cota supondría para el Ibex la confirmación de la reestructuración alcista, según explican los expertos de Ecotrader, la herramienta de inversión de elEconomista.
Pero, hasta entonces, todo está por ver. "Hay un soporte clave en los 8.540 puntos. El mismo día de conocer la victoria de Trump -en el intradía- el selectivo cayó hasta esa zona", asegura Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, que reconoce que esa es la barrera que "separa un escenario potencialmente alcista de uno en el cual se retrasaría en el tiempo la tendencia de los últimos meses". Ahora bien, si Europa respeta sus soportes, el escenario no cambia. Cabrero es de los que duda, entre otros muchos, que el objetivo del Ibex vaya a lograrse de aquí a final de año.
El 94% de los expertos consultados por este periódico considera que el Ibex 35 cerrará 2016 en rojo. "El índice no tiene fuerza para ponerse en positivo en el año, porque hay demasiadas incertidumbres en el horizonte", explica Jorge Lage, analista de CM Capital Markets, que añade: "La primera de ellas, la llegada de Trump a la presidencia; las dudas acerca de qué va a ocurrir con la burbuja de renta fija y las próximas subidas de tipos. O cómo afectará esto a las cuentas de las empresas más endeudadas". En opinión de Lage, Trump es "más devastador a largo plazo", pero en periodos más cortos el incremento del precio del dinero por parte de la Fed pueden suponer un shock.
Ignacio Cantos, de Atl Capital, considera que, "pese a que la situación macroeconómica no es tan negativa, varios eventos que espera el mercado en los próximos meses pueden hacer descarrilar al Ibex 35". Más allá de la reunión de la Reserva Federal, que se celebra los días 13 y 14 de diciembre, Cantos apunta a la reunión del Banco Central Europeo (BCE) del 8 de diciembre, tras la cual la institución podría anunciar una ampliación de las compras de bonos de su QE más allá de marzo de 2017 o, por el contrario, el comienzo de la retirada de las medidas de estímulo, el conocido como tapering.
Trump, un impacto a largo plazo
Hay quien considera que el pasado 8 de noviembre representaba el "inicio" de una nueva era para los mercados dependiendo del resultado. La (ahora) consabida victoria de Donald Trump es tan sólo el punto de partida de un calendario muy apretado para los inversores, aunque el marco en el que tendrá lugar sigue siendo el mismo. "Observo tanta volatilidad que ya no son sólo las grandes citas políticas o económicas las que provocan impactos en bolsa. Se pasa de la euforia al miedo muy rápidamente y viceversa", asegura Manuel Campos, de Serfiex.
En este sentido, David Navarro, de Andbank, no descarta ver "retrocesos en los próximos días". "Nunca es un camino recto, y aunque vemos al índice por encima de los actuales niveles a final de año, también lo vemos por debajo durante el camino", concluye. Y es que, pese a que el mercado haya repercutido muy tibiamente la victoria republicana, los analistas apuntan a un desgaste mucho más prolongado en el tiempo que un simple crash de varias sesiones, como sí causó el Brexit. "A partir de ahora veremos una mayor volatilidad en el mercado, con los índices experimentando movimientos más pronunciados", agrega Cantos. En esta misma línea, Pedro Sastre, director del servicio de análisis de Banca March, reconoce cómo ?el mercado, a corto plazo, se ha tomado bien el mensaje? de Trump, pero "habrá que ver cómo se articulan sus políticas", explica, para determinar su impacto real sobre la bolsa.
"El mercado siempre ha sido enemigo de la incertidumbre y ésta se ha ido despejando", comenta José Luis Herrera, de CMC Markets. "La evolución del mercado en relación a Trump dependerá de cómo se interpreten las medidas que se implanten, y, sobre todo, del impacto en los diferentes sectores. Habrá que prestar especial atención también a la evolución del dólar", agrega, que impacta sobre firmas españolas con una elevada exposición a EEUU como Iberdrola, ACS, BBVA, Santander, Mapfre o Acerinox, entre otras muchas, con una salud financiera ya de por sí algo delicada.
Considerando que la inmensa mayoría de los encuestados afirma que el Ibex 35 terminará el año en negativo, Robert Parks, jefe de estrategia de renta variable europea de HSBC, va, incluso, un paso más allá y espera ver "retornos negativos" también el próximo año a nivel europeo. ¿El motivo? El principal sigue siendo la incertidumbre política, sostiene el experto, sin pasar por alto otro factor fundamental: "La falta de un crecimiento real de los beneficios empresariales en Europa". Algo que no está impidiendo, sin embargo, que la bolsa europea "cotice a un multiplicador de beneficios superior a las 22 veces, máximos de los últimos 13 años".
Y este es un desfase que, dice, "se tiene que ajustar" en alguno de los dos sentidos. O suben las ganancias o cae el mercado. José Luis García, de Dif broker, se inclina por la primera -y más optimista- de las opciones. "Los fundamentales de la gran mayoría de empresas son buenos y a largo plazo creemos que las bolsas, sobre todo las europeas, tienen recorrido al alza, por lo que si no hay sorpresas en los mercados veremos subidas, aunque no como para superar los máximos anuales".
En el caso concreto del Ibex 35, Xavier Fonollosa, de DiverInvest, explica que desde la entidad no ven catalizadores para la bolsa española a corto plazo. "El nuevo Gobierno tendrá que recortar gasto público, por lo que no se podrán realizar planes de inversión pública que ayuden a la economía a recuperarse; los bancos siguen en su crisis de modelo, que vemos que será estructural, y solo las exportadoras pueden compensar la situación doméstica", explica. Y son,precisamente, los bancos quienes pueden salir escaldados de las próximas citas del calendario.
De las 34 sesiones que restan para concluir el año quizás el próximo 5 de diciembre, el día posterior al referéndum en Italia, el 8 de ese mismo mes, día de la reunón del BCE, y el 14, sesión en la que la Fed dará a conocer su decisión sobre una subida de tipos, sean las más importantes. "El referéndum en Italia sobre una reforma constitucional (que se ha convertido en un plebiscito para el primer ministro, Matteo Renzi) es el catalizador con más capacidad de movimiento" para las bolsas, según Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG. Y "coincide el mismo día con la repetición de las elecciones presidenciales en Austria, con riesgo del ascenso de la extrema derecha", apunta Natalia Aguirre, de Renta 4.
Más allá del riesgo populista en Centroeuropa, el mercado vive pendiente de un posible no al gobierno italiano de Renzi. Si esto se produjera "afectaría a las primas de riesgo periféricas y al sector bancario, cuyo peso en el Ibex hace que sea muy sensible a una fase de turbulencias entre las financieras del Viejo Continente", sostiene Nicolás López, de M&G Valores. Desde XTB señalan a la reunión de la Reserva Federal del 14 de diciembre como el "evento más relevante" de lo que resta de año, mientras que desde IG recuerdan que el primer alto en el camino será "el próximo 30 de noviembre con el cónclave de la OPEP, en el que debería ratificarse la congelación de la producción de petróleo".
Cuatro valores acechan sus máximos
Sólo 9 valores del Ibex cotizan en positivo en 2016 (ver gráfico): son Bankinter, Acerinox, ArcelorMittal, Mapfre, ACS, Repsol, Aena, Indra y Gamesa. Más allá de este grupo que presume de cotizar en verde, otro puñado de compañías está a las puertas de cambiar de signo en el año: Amadeus se sitúa a un tímido 0,9% del nivel al que despidió 2015, Mediaset a poco más de un 2%, Endesa a un 2,5% e Inditex a algo menos del 4%.
En este escenario, cuatro valores del índice español están acechando sus máximos; unos altos, por otro lado, que acaban de tocar esta misma semana, impulsados por el efecto Trump. Son la ya mencionada Bankinter, además de Acerinox, ArcelorMittal y Mapfre. Todas ellas se sitúan a una distancia inferior al 6% de sus máximos del año y se cuelan entre las más alcistas del Ibex en 2016, aunque las acciones de Arcelor arrasan a las del resto al multiplicar su precio por más de dos este año. Menos de un 4% separa a la acerera de unos máximos anuales que marcó este jueves, ante la expectativa de que la política proteccionista de Donald Trump le permita enfrentarse en mejores condiciones a sus rivales chinas. A ello se ha unido un rally alcista de materias primas como el níquel -principal commodity en los costes y producción de Acerinox- que ha impulsado particularmente su cotización.
Pero es Bankinter la que más cerca está de sus altos: se sitúa a un tímido 0,4% de los 7,1 euros que tocó el pasado jueves. Y Mapfre, por su parte, tendría que rebotar un 5,5% para recuperar un máximo que, como en el caso de ArcelorMittal, es de esta misma semana: los 2,72 euros del pasado miércoles. Los títulos de la aseguradora se han alejado rápidamente de esa cota: ayer se desplomaron un 2% -entre las diez mayores caídas del día- después de presentar un beneficio trimestral de 572 millones de euros, un 3,3% inferior al del mismo periodo del año anterior.
En el otro lado de la balanza, encontramos a valores que se sitúan a años luz de cotizar en positivo en 2016. IAG tendría que anotarse más de un 60% para borrar las pérdidas, un porcentaje que sólo supera Popular, cuyos títulos del banco deberían anotarse un abrumador 185% para olvidar el rojo.