
Sin movilidad por las restricciones impuestas para doblegar la curva de contagios, toda la actividad ligada al turismo se ha visto afectada durante los últimos dos años. El tráfico aéreo no ha recuperado su volumen de viajeros previos al coronavirus y, por supuesto, las cadenas hoteleras no han alcanzado la ocupación de la temporada vacacional de 2019, por ahora.
Sin embargo, las previsiones de Meliá para 2022 son prometedoras, si la guerra o un nuevo brote de coronavirus no lo estropean, y el consenso de bancos de inversión recogido por FactSet estima que es un buen momento para tomar posiciones en la hotelera española, una recomendación que no tomaban los expertos en esta compañía desde que se impusieron los confinamientos en medio mundo en marzo de 2020.
Desde que la compañía presentó sus resultados financieros de 2021 el pasado 28 de febrero, cuatro firmas de análisis han cambiado su valoración de mantener a tomar posiciones mientras que el consenso de mercado estima que Meliá tiene un recorrido en bolsa del 9% hasta su precio objetivo en los 7,48 euros. No obstante, es cierto que la mayor parte de este potencial alcista deriva de las caídas que acumula la compañía por la tensión geopolítica derivada de la guerra, de manera que cede un 8,3% desde su máximo de 2022 y gana un 11% en el acumulado del año.
"Con las expectativas de un verano de 2022 en valores cercanos a los registrados en 2019, creemos que el negocio seguirá creciendo a medio plazo, y la situación actual impulsa a España como un destino seguro", apuntan desde el departamento de análisis de Deutsche Bank, que entienden que un momento tenso por la guerra, España es un destino cómodo para pasar unas vacaciones.
Del mismo modo, desde la entidad sugieren los complejos hoteleros en el Caribe, donde Meliá también tiene una alta presencia (aproximadamente un tercio de sus ingresos proceden del Caribe y Latinoamérica). No obstante, "creemos que hay más potencial alcista a medida que la hostelería se recupera de la crisis del Covid", añaden. "Las reservas diarias de las últimas semanas estarían acercándose a niveles de 2019, especialmente en el segmento vacacional o en ciudades con un componente de ocio elevado y, de hecho, de cara al verano, las reservas en el segmento vacacional en España ya estarían por encima del nivel de 2019", explican desde Renta 4.
Esta recuperación de los ingresos no irá de forma estrechamente paralela a la de los beneficios ya que los márgenes de la compañía van a ser superiores tras un proceso de reducción de algunos costes y de realizar una mayor parte de las ventas a través de su canal propio y no de terceros. En este contexto, en 2019 consiguió 1.801 millones de ventas frente a los 1.406 que se esperan ya este año y los 1.916 que obtendrá, según el consenso de analistas que recoge FactSet, en 2024. Atendiendo al beneficio neto, será ya en 2023 cuando recupere casi la totalidad de las ganancias que tenía previas al Covid.
Sin impacto por la guerra
El coronavirus cada vez supone una preocupación o riesgo menor para la recuperación del turismo. Dejado atrás esto, para los analistas de Banco Sabadell, la invasión de Ucrania por parte de Rusia tampoco debería tener un impacto relevante en las cuentas de Meliá ya que no cuenta con establecimientos en la zona y apenas un 2% de su cartera de clientes procede de Rusia.
"Sin una escalada a nivel mundial, el riesgo es el incremento de la inflación y su impacto en el poder adquisitivo de los clientes, aunque creemos que el exceso de ahorro junto con la demanda embalsada permitirá compensar el menor poder adquisitivo e incluso, aunque las reservas se hayan ralentizado coyunturalmente, esto no debería tener impacto en las operaciones finales, apoyándose en las reservas de última hora", argumentan desde Banco Sabadell.