Los 'osos' acechan Wall Street. La crisis desatada por la pandemia, las cuentas de resultados de grandes empresas, las elecciones presidenciales en EEUU... Un totum revolutum que tensiona la bolsa estadounidense. El Dow Jones cae un 3,43%, hasta los 26.519,95 puntos, en la que es su mayor caída diaria desde junio y su tercer descenso consecutivo esta semana. El S&P 500 cae un 3,53% y se sitúa en las 3.271,03 unidades, y el Nasdaq 100 pierde un 3,93% y se desliza hacia los 11.142,76 puntos.
En lo que va de semana, tres días de cotización, el Dow Jones ha caído alrededor de un 6% con respecto al cierre del viernes pasado, mientras que el S&P 500 ha retrocedido un 4,6% en el mismo periodo y el Nasdaq 100, un 4,25%.
Esto cambia un poco el panorama en el conjunto del año, ya que el Dow Jones pierde un 7% desde enero, cuando estaba en positivo apenas hace dos semanas, y el S&P 500 pega un buen recorte a su rentabilidad acumulada y la deja en el 1,9%. El Nasdaq 100 es otra historia: gana todavía un 28% en el año.
Ante la ausencia de referencias de interés en la agenda macroeconómica, los inversores al otro lado del Atlántico han puesto hoy la lupa, sobre todo, en los balances trimestrales de las empresas.
Microsoft ve cómo sus acciones bajan un 4,2%, hasta los 204 dólares. La compañía publicó el martes (tras el cierre del mercado norteamericano) sus cuentas y, aunque superó las expectativas con las cifras del tercer trimestre, "confirmó una previsión más débil de lo anticipado para el trimestre actual", explica Simon Peters, analista de eToro.
La firma aeronáutica Boeing tampoco sale mucho mejor parada hoy en el parqué. Pese a que sus resultados han sido mejores de lo anticipado por el consenso de mercado, sus títulos caen un 3,94%, hasta los 149,12 dólares, en su cuarto día consecutivo de descensos.
Tan solo General Electric marca la diferencia, con ascensos del 5% después de reducir fuertemente sus pérdidas. Sus acciones tocan niveles máximos de principios de junio sobre los 7,45 dólares.
El Nasdaq, en niveles clave
La jornada en el parqué neoyorquino ha estado precedida por las ventas generalizadas en las plazas de Europa. El incremento de la incertidumbre pandémico-económica está detrás de la decadencia de las bolsas en los últimos días y semanas.
El pesimismo en la renta variable hoy es evidente. De hecho, si se atiende al análisis técnico, se debe prestar especial atención al Nasdaq 100 de Wall Street.
El índice, compuesto sobre todo por compañías tecnológicas, baja de los 11.350 puntos, nivel que Joan Cabrero, asesor de estrategia de Ecotrader, señala desde hace semanas. Esto dará paso a bajadas adicionales en "próximas semanas" hasta el soporte clave de las 10.700 unidades, según Cabrero, que sería la zona idónea de comprar renta variable norteamericana.
Sin estímulos y sin un claro ganador
A la Covid-19 se suma, además, la ausencia de los estímulos fiscales necesarios, según la mayoría de los expertos, que necesita la economía de los Estados Unidos ante la crisis sanitaria.
Sin embargo, las recientes negociaciones entre el Gobierno norteamericano y los demócratas (la oposición) por un quinto paquete de ayudas en el país no llegaron a ningún lado. Y es que se han 'entrometido' las elecciones presidenciales, que acaban la semana que viene (el 3 de noviembre).
Un aspecto más de incertidumbre para los inversores en el más corto plazo. Los comicios entre el actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, y Joe Biden, están muy reñidos, lo que seguramente se traducirá en un recuento de los votos alargado en el tiempo.
El Texas cae a los 37 dólares
Así las cosas, los inversores acuden huyen de las bolsas y buscan refugio en activos considerados tradicionalmente seguros, como los bonos soberanos de EEUU. El 'papel' a diez años norteamericano (o Treasury) reduce su rentabilidad en el mercado secundario al 0,77% ante el incremento de la oferta.
El precio de los futuros del petróleo Brent cae un 5,2%, hasta los 39,05 dólares por barril, que son niveles de principios de octubre. Por su parte los futuros del West Texas se hunden un 5,7%, hasta los 37,31 dólares por barril.
"Un incremento de las reservas de crudo estadounidense ha añadido preocupación a que un aumento en los casos de coronavirus pueda hacer descarrilar la recuperación económica mundial", informan desde Bloomberg.Un informe de la Administración de Información Energética ha mostrado que las reservas domésticas de petróleo crecieron 4,32 millones de barriles durante la semana pasada, su mayor nivel desde julio. Aun así, los datos indican un descenso inesperado en las reservas de gasolina y la demanda de diésel.
Asimismo, "podría no haber suficiente demanda de petróleo para absorber el aumento de oferta planificado por OPEP+ para enero", según ha asegurado Ibrahim Al-Buainain, consejero delegado de Aramco Trading.