A menos de una semana para la cita con las urnas, la media de las encuestas a nivel nacional que realiza el portal RealClearPolitics ofrece una ventaja de 7,4 puntos al nominado demócrata Joe Biden. En los estados clave, dicho margen se reduce hasta los 3,8 puntos. No obstante, desde BCA Research elevaban esta misma semana hasta el 45% desde el 35% las probabilidades de que el actual presidente, Donald Trump, sea reelegido. Con las miras también puestas en el Senado, elEconomista habló sobre los distintos resultados electorales y su potencial efecto en la bolsa americana con Matt Gertken, estratega y vicepresidente de esta casa de análisis y servicios de inversión.
¿Están los inversores más preocupados por la potencial victoria de Joe Biden o un resultado inconcluso?
El mercado está preocupado por la posibilidad de unas elecciones impugnadas. Y tiene sentido que esté nervioso a corto plazo porque los republicanos se están recuperando algo en las encuestas. La carrera por el Senado se está estrechando de nuevo e incluso se puede ver alguna mejora en las probabilidades de una reelección del presidente Trump. No es el favorito, pero parece estar mejorando. Y eso se debe a que la economía se recupera rápidamente, lo que significa que tiene más probabilidades de tener márgenes mucho más reñidos. A principios de este año, con el azote de la pandemia y una recesión en toda regla, se veía todo mucho más negativo con altas probabilidades de una barrida demócrata que acabaría por diezmar a los republicanos. Ahora dicha ventaja se está reduciendo y eso significa que hay más riesgo en torno a los resultados.
Si Biden logra la Casa Blanca y los demócratas recuperan el control del Senado, ¿qué reacción puede esperarse del mercado?
Los mercados financieros reaccionarán positivamente durante el próximo año. Básicamente, esta situación supondrá un alivio ya que eliminará la incertidumbre, particularmente en lo que se refiere a aprobar una agenda legislativa. Los demócratas tienen planes muy reflacionarios. Están buscando gastar entre un 4% y el 7% del PIB más de lo que barajan los republicanos, en términos netos, es decir, cuando se excluyen los ingresos. Son planes muy agresivos que aumentarían el déficit presupuestario pero también impulsarán la economía. Eso se verá de manera positiva. A largo plazo existen riesgos porque puede haber una extralimitación legislativa cuando un solo partido cuenta con el control del Capitolio. Es probable que las decisiones que sean más negativas para el mercado surjan más tarde, en particular las relacionadas con los impuestos. Estos subirán, incluido el impuesto de sociedades, y eso tendrá un impacto negativo que deberá descontarse en algún momento. Pero el efecto inicial de una barrida demócrata es que la reflación contaría con un pleno apoyo como prioridad nacional y eso sería positivo para los mercados financieros.
"El mercado está preocupado por la posibilidad de unas elecciones impugnadas"
¿Generarán las expectativas de un aumento en la fiscalización de las plusvalías una venta en el mercado bajo una barrida demócrata?
Cualquier retroceso en el mercado será temporal y dentro de una agenda muy reflacionaria, algo que será muy positivo para los beneficios corporativos. Normalmente, suele haber una venta cuando el control queda a cargo de un solo partido. Ya hemos visto cómo el mercado comenzó a descontar este escenario en la corrección experimentada en septiembre. Después de la inauguración el próximo año es muy probable que veamos otra oleada de ventas que podría llegar bien en febrero o en marzo.
Entonces, ¿se aprobará el próximo paquete de estímulo antes del que finalice el año o habrá que esperar a la toma de posesión del nuevo gobierno a finales de enero?
Es muy posible que tengamos que esperar hasta la toma de posesión para la firma del proyecto de ley y esa es una razón de nerviosismo en el mercado a corto plazo. Si los republicanos mantienen el Senado, cuya probabilidad está aumentando en este momento, entonces no estarán dispuestos a aceptar un gran paquete de estímulo durante el periodo de transición, a menos que el mercado instigue una venta lo suficientemente agresiva como para forzar un acuerdo. Si los republicanos pierden tendrán muy pocos incentivos para aprobar grandes gastos dado que no querrán compartir la culpa de los déficits futuros con los demócratas. De esta forma, el periodo de transición (lame duck session en inglés) podría ser un problema tanto si los republicanos pierden como si ganan. El mercado asume que cuando se forme el nuevo gobierno veremos más estímulos. Pero si los republicanos mantienen su mayoría en el Senado y Joe Biden gana la presidencia, esto podría conducir a dos años en que la dinámica de las negociaciones legislativas crearán períodos de nerviosismo similares y llevarán las discusiones al borde del precipicio cada vez que sea necesario más apoyo fiscal.
¿Considera que la confianza del consumidor se verá afectada por la polarización política en EEUU independientemente de quién gane la Casa Blanca?
Estamos viendo que las expectativas de los consumidores están repuntando de manera bastante sustancial. Pero las condiciones actuales son todavía precarias y eso se manifiesta en las encuestas. Existe una brecha con las expectativas futuras y estas podrían empeorar a corto plazo porque la pandemia no ha terminado. De hecho tenemos un aumento de casos y hospitalizaciones en EEUU. El invierno podría ser bastante duro y eso afectará a la confianza. Desde el punto de vista político podría verse cierto alivio una vez que se conozcan los resultados, pero obviamente si estos se cuestionan, eso no ocurrirá. Por otro lado, la polarización persistirá hasta cierto punto. ¿Pesará eso en la confianza del consumidor de inmediato? No, pero la polarización podría convertirse en un problema. Ante una barrida demócrata contaríamos con noticias positivas para el mercado por adelantado, pero a medio plazo se podría generar un mayor malestar si la agenda ideológica toma un giro mucho más provocativo, algo que generaría una reacción violenta.