
"Si la historia es una guía, Wall Street volverá a los mínimos de marzo", pronosticaba Bank of America Global Research en un informe del pasado mayo, cuando la bolsa americana firmaba una subida superior al 30% desde su cota más baja del año y unas valoraciones que se encontraban cercanas a los "máximos de la burbuja tecnológica".
A pesar del respiro que se ha tomado la bolsa americana de la mano de la tecnología tras los máximos históricos que alcanzó el 2 de septiembre, el balance que dejan los principales índices cuatro meses después está lejos de la previsión de los analistas de la entidad americana, aunque la remontada por mercados esté siendo muy desigual.
Si bien todavía se cuentan con los dedos de una mano los indicadores bursátiles que han dicho adiós a las pérdidas en el conjunto del ejercicio. En Wall Street, la excepción son el Nasdaq 100 y el S&P 500 –el Dow Jones cede un cerca de un 1,6% en el año–. En el Viejo Continente, con el euro extendiendo el rally frente a la divisa americana hasta el entorno de los 1,185 dólares, el Dax es el que más cerca está de volver al verde, al igual que el Nikkei japonés, a menos de un 1% de borrar las pérdidas y unirse al CSI 300 chino, que suma un 14,5% en 2020.
De esta forma, las grandes plazas mundiales se anotan, de media, ganancias de un 41% desde su nivel más bajo del año. Los mayores avances los protagonizan el Nasdaq 100 y la bolsa de Sao Paulo –país donde el índice de actividad económica de julio se recuperó más de lo esperado–, con alzas del 64% y un 58%, desde sus respectivos mínimos. Un rebote considerable si se compara con el que ha experimentado el selectivo español, que avanza un 15%, en el mismo periodo. La única excepción es el IPC mexicano, que, con una capitalización de mercado que no alcanza la mitad del Ibex, repunta un 12%.
Ya en sus perspectivas para 2020, muchos gestores y firmas de análisis dejaron a la bolsa española fuera del radar de la inversión por el lastre que en los últimos años ha representado el sector bancario en un entorno de tipos de interés cero y la ausencia de valores tecnológicos en la composición del selectivo patrio. Una desventaja sectorial respecto a otros índices que se ha evidenciado aún más en el contexto actual.
La banca sigue sin sumar
"La sobreponderación del Ibex al sector bancario, cuya evolución en la última década se ha quedado por debajo de la mayoría de índices bursátiles europeos, ha lastrado al indicador nacional en un año marcado por la crisis del Covid-19. Actualmente, alrededor del 46,4% de los movimientos del Ibex 35 se explican por las variaciones de únicamente dos sectores: utilities (27,5%) y financiero (18,9%)", destaca Andrés Aragoneses, analista de Singular Bank.
Ni siquiera el ruido corporativo en el sector financiero a raíz de las negociaciones que están estudiando CaixaBank y Bankia para su integración, o esta misma semana los rumores de fusión entre las suizas Credit Suisse y UBS, han hecho reaccionar a los bancos españoles con energía suficiente como para reducir las diferencias de rentabilidad con el resto de selectivos.
"Los bancos no son un sector para estar ahora, su negocio está muy presionado por el entorno de bajos tipos de interés y arrastran una cultura corporativa centenaria que se ha quedado anticuada frente a competidores tecnológicos como PayPal o Ebury", explica Julián Pascual, presidente de Buy&Hold.
Buy & Hold:"Los bancos no son un sector para estar ahora, su negocio está muy presionado por el entorno de bajos tipos de interés"
De terminar el año así, será el peor ejercicio para el Ibex desde la crisis financiera en 2008, cuando cedió un 39%. De hecho, la brecha que el indicador mantiene con el EuroStoxx 50 en el año, de 15 puntos, está cada vez más cerca de los 18 puntos que les llegaron a separar en la crisis de deuda periférica, en el año 2012.
Por otra parte, las últimas incorporaciones al índice, Almirall y Pharma Mar, una industria poco representada en la economía española respecto al resto de las economías europeas como Francia, Alemania o Suiza, podría ser positivo en la diversificación sectorial del índice, aunque el peso relativo del sector salud, donde también está Grifols, sigue siendo reducido, por debajo del 4%.
¿Qué puede impulsar entonces al selectivo para reducir su diferencial con sus homólogos europeos? Para Aragoneses, "uno de los principales catalizadores se situará en que tanto el sector utilities como el financiero registren una evolución relativa superior al índice de blue chips europeo". "Asimismo", continúa el experto, "en el Ibex solo 6 compañías superan una capitalización bursátil de 20.000 millones de euros, por lo que otro factor a tener cuenta podría ser un rally de las pequeñas y medianas firmas por capitalización europeas en detrimento de las big caps que cotizan en el EuroStoxx 50".
Entre las plazas europeas, la bolsa de Fráncofrt no es sólo la que más rebota desde los 8.441,71 puntos que firmó en marzo, un 57%, sino también el índice que se queda más cerca de borrar las pérdidas acumuladas desde el 1 de enero –lo hizo puntualmente a lo largo de la sesión de ayer–. Las subidas se han sustentado, principalmente, en valores como el repartidor de comida a domicilio Delivery Hero, las inmobiliarias Vonovia y Deutsche Wohnen o la tecnológica Infineon, que acumulan ganancias superiores al 20% en 2020. Aunque cabe recordar que el indicador bursátil germano es un índice 'total return', es decir, que reinvierte en el selectivo de forma bruta los dividendos –por lo que tienen una ventaja frente al resto de comparables, que de forma generalizada descuentan el dividendo del precio de las acciones– no es una razón para minimizar su mejor comportamiento. Las pérdidas del Ibex con dividendos también son notables y en lo que va 2020 retrocede un 24%.