
El Tesoro Público español llevó a cabo este martes por primera vez una emisión sindicada (es decir, sin subasta) de bonos a 20 años, con la que captó 12.000 millones de euros, tal y como adelantó EFE y confirmó posteriormente el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. La demanda superó los 78.300 millones. El organismo ordenó este lunes a seis bancos que gestionaran esta colocación entre inversores institucionales, en un momento en el que el Gobierno está acelerando su estrategia de financiación ante el aumento del déficit derivado de las medidas tomadas para frenar la pandemia del coronavirus.
El Tesoro colocó este martes un nuevo bono que vencerá el 31 de octubre de 2040, con un cupón del 1,20% y que se desembolsará el próximo 16 de julio. Además, cotizará en el mercado español de renta fija privada AIAF.
La emisión se ha producido finalmente con un interés del 1,251%, equivalente a 28 puntos básicos por encima de la referencia del Tesoro a 15 años, tal y como indicó el Ministerio dirigido por Nadia Calviño.
La demanda superó los 78.300 millones de euros. Por tanto, la tasa de cobertura (relación entre la demanda y la oferta) ha sido de 6,5 veces.
Tal y como adelantó a primera hora del martes Bloomberg, las entidades que actuaron como directores de la emisión fueron BBVA, Crédit Agricole, Citi, Goldman Sachs, Morgan Stanley y Natwest Markets. El resto del grupo de Creadores de Mercado de Bonos y Obligaciones del Estado actuaron como codirectores.
Inversores no residentes
En nota de prensa, el Ministerio de Asuntos Exteriores destacó la "significativa" participación de inversores no residentes, que alcanzó el 83,3% de la sindicación.
"De este porcentaje destaca la participación Francia e Italia con un 25%; Reino Unido e Irlanda con un 18,8%; Alemania, Austria y Suiza, con un 16,8%; otros inversores europeos, con un 8,5%; Estados Unidos y Canadá con un 4,8%; los países nórdicos con un 4,2%; Asia, con un 2,6%. Inversores de otras regiones han obtenido un 2,6% de la emisión", informó el Ministerio.
Según el tipo del inversor, la mayor participación correspondió a las gestoras de fondos (33,8%), seguido de las tesorerías bancarias (27,7%), las aseguradoras y fondos de pensiones (18,1%), otros servicios bancarios (8,5%), los fondos apalancados (6,1%) y los bancos centrales e instituciones oficiales (2,4%). Otros inversores representaron un 3,4%.
Por tanto, la emisión estuvo repartida entre 460 cuentas inversoras, "muy diversificadas tanto desde el punto de vista geográfico como por tipología de inversor".
Aprovechando el respaldo del BCE
El Tesoro Público está acelerando sus colocaciones en un momento en el que las condiciones del mercado son favorables (los intereses exigidos están cerca de los mínimos de la crisis del coronavirus y, por tanto, financiarse sale más 'barato'). De hecho, este martes celebró en paralelo una subasta de letras a seis y doce meses en la que ha profundizado en los tipos en negativo.
Las medidas tomadas para controlar la pandemia de covid-19 elevarán el déficit público hasta el 11,2%, según las previsiones anunciadas este lunes por el Banco de España (BdE). Y el agujero' puede ser aún mayor, ya que estos cálculos no tienen en cuenta el gasto adicional que supondrá el Ingreso Mínimo Vital aprobado recientemente por el Gobierno.
El propio Tesoro Público informó a finales de mayo de que elevaría en 97.500 millones la emisión neta para este año y en más de 100.000 millones la emisión bruta. Con esta sindicación de 12.000 millones de euros el Tesoro lleva cumplido un 67,3% del objetivo anual.
Por tanto, España está aprovechando el refuerzo del Banco Central Europeo (BCE) en el mercado de renta fija para financiarse más 'barato'. La institución presidida por Christine Lagarde anunció el jueves una ampliación en 600.000 millones de sus compras de deuda soberana, una cuantía que fue más alta que lo esperado por los expertos y que ha supuesto la caída de la rentabilidad de los bonos en el mercado secundario en los últimos días.
Anteriores emisiones sindicadas
Esta no fue la primera emisión sindicada del Tesoro en el año (se trata de la cuarta en lo que va de 2020, la tercera desde que comenzó la pandemia), pero ha sido la primera en su historia con deuda a 20 años.
La anterior emisión sindicada fue el 22 de abril, cuando emitió bonos a diez años con los que captó 15.000 millones. Entonces la demanda fue récord, superando los 96.500 millones de euros.
El 24 de marzo el Tesoro Publicó emitió por primera vez desde 2014 un bono sindicado a siete años, con el que recaudó 10.000 millones de euros.
Y a principios de año, antes de que el brote vírico causara el actual impacto económico, el organismo ya captó otros 10.000 millones de euros bonos a diez años sindicados.
Más colocaciones sindicadas en Europa
Junto a España, este martes eligieron la sindicación para emitir bonos Irlanda, que ha levantado 50.000 millones de euros de demanda, Reino Unido, que ha superado los 70.000 millones de libras, y Grecia.
En total, 21 emisores europeos, entre soberanos y corporativos, han salido al mercado en la jornada para recaudar cerca de 20 millones de euros, elevando el récord de nuevas emisiones en 2020 por encima de los 1,1 billones, según recoge Bloomberg.
"Parece que se está aprovechando mientras se puede"
"La cantidad emitida es asombrosa", reconoce Giuseppe Sersale, gestor de Anthilia Capital Partners en Milán, quien observa, en declaraciones recogidas por la agencia de información económica, que "parece que se está aprovechando mientras se puede". Y la sindicación se ha convertido en un vehículo recurrente en la crisis de la pandemia de coronavirus "porque permite aumentar la cantidad", según coinciden distintos expertos, en un momento en el que los estados necesitan financiar el gasto que está exigiendo el impacto de las medidas de hibernación económica y de distanciamiento social en la economía.
En este sistema, los bancos colocadores obtienen una prima respecto al interés que se exige en mercado pero garantizan la demanda y la celeridad, lo que es especialmente útil para bonos con vencimientos de largo plazo. De esta manera, las entidades financieras consiguen algo más de rentabilidad en el actual entorno de tipos bajos, que al mismo tiempo permite a los países asumir esas primas.