
El Tesoro Público revisó por fin este jueves la estrategia de financiación de España y anunció un incremento de su objetivo de emisión neta de deuda de 97.500 millones para el conjunto de 2020, hasta el máximo histórico de 130.000 millones -incluso por encima de los 110.000 millones de 2009-, desde los 32.500 previstos a principios de año.
Fuentes del Ministerio de Economía insisten que pese a este fuerte incremento de las emisiones como consecuencia de las necesidades de financiación surgidas por la crisis del coronavirus y a los problemas de liquidez de la Seguridad Social, la deuda del Estado, que calculan que se situará en torno al 115% del PIB, "es sostenible" porque el pago de intereses se mantendrá en mínimos, cerca del 2%, frente al 3,5% que se llegó suponer en la crisis de deuda del 2012, tras el rescate bancario.
"El Gobierno ha puesto en marcha distintas medidas para paliar las consecuencias económicas y sociales de esta crisis, que suponen mayores costes de los previstos por el Estado a principios de año, a los que hay que sumar unos menores ingresos como consecuencia de la contracción económica", admiten desde el Tesoro.
La carga financiera que soportará España es clave en el actual contexto de sobreendeudamiento histórico y las compras masivas del Banco Central Europeo (BCE) y la fuerte demanda que se está viendo en el mercado, principalmente de inversores extranjeros -ya suponen más del 50% de los tenedores del total de la deuda-, permiten que el interés que se exige a la deuda española siga siendo muy bajo, en torno al 0,3% en las nuevas emisiones de este 2020 -solo superior al 0,2% de 2019-, lo que favorecerá que el coste medio de la deuda en circulación acabe perforando el simbólico nivel del 2% por primera vez en la historia durante las próximas semanas.
"En 2019, las ratios de carga de intereses con relación al PIB (2,2%) y con relación a los ingresos de las Administraciones Públicas (5,8%) se situaron en los mismos niveles que en 2004, por tanto, y a pesar del mayor endeudamiento de los últimos 15 años, el esfuerzo requerido para atender el pago de intereses es el mismo", detalla el Ministerio de Economía.
"El poder financiarnos a un coste históricamente bajo y a una duración más larga es esencial para poder soportar los incrementos en el nivel de deuda que vamos a ver y nos permite afrontar posibles futuros aumentos del tipo de interés, ya que estos tardarían bastante tiempo en trasladarse a un aumento del coste medio de la deuda", explica Ángel Talavera, investigador de Oxford Economics, quien considera que "esto es esencial, porque al final lo que determina realmente la sostenibilidad de la deuda no es tanto el nivel en sí, sino el coste que supone pagar los intereses que genera".
Del nuevo objetivo de 130.000 millones de euros, el Tesoro Público calcula que 15.000 millones se obtendrán mediante instrumentos de financiación europeos -como el SURE (programa de apoyo para mitigar los riesgos del desempleo)-, de los que no ha concretado las condiciones, y el resto en subastas y emisiones sindicadas en el mercado primario, mediante las que hasta la fecha de hoy ya ha cubierto cerca de un 55% de "las emisiones a medio y largo plazo".
Sobre cuánta financiación podrá captar España del fondo de recuperación económica para la Unión Europea (UE) de 500.000 millones de euros anunciado a comienzos de esta semana por Alemania y Francia, el Ministerio de Economía tampoco se aventura a dar detalles, aunque considera que la cifra a la que se podría optar rondará el 10% del total o "algo más" si se añaden criterios de reparto sobre el impacto de la pandemia en las distintas economías del club comunitario, como es el caso del la subida del paro en el país.
Fuerte demanda en las emisiones de deuda
Una de las cosas de las que presume el Tesoro Público es que el apetito sobre la deuda española en el mercado primario no solo no se resiente sino que, de media, las emisiones de 2020 han obtenido una demanda de 3 veces, frente a las 2,5 de 2019. Este factor y el hecho de que se siga alargando la vida de la cartera, situándose actualmente en 7,74 años, refuerzan el mensaje del Ministerio de Economía de que la deuda es sostenible.
El BCE es la pieza crucial que permite que se mantengan las positivas condiciones de financiación actuales y la fuerte demanda, ante la falta de alternativas que ofrezcan rentabilidades atractivas entre los emisores de la eurozona que cuentan con mayor margen fiscal, como Alemania, Holanda o Francia.
El apetito por la deuda española se refleja en la demanda extranjera que han levantado la cuatro emisiones sindicadas de 2020: de hasta un 74% del total en enero, del 91% el 25 de febrero y del 62% y el 79% en marzo y en abril, respectivamente, con el programa de compras de bonos de emergencia del BCE ya en marcha. Una situación que permite que el Gobierno se sienta cómodo en mercado y pueda rechazar fondos europeos condicionados como el MEDE.
"El programa del BCE es, y probablemente continuará siendo, un apoyo de fuerte y creíble", admite Peter Allen Goves, estratega europeo de deuda de MFS IM, quien considera que este respaldo "continuará debido a la gravedad de los efectos económicos de las medidas de hibernación, lo que garantizará que el interés de la deuda española siga contenido".