ACS ha puesto el cartel de venta a los activos concesionales que excluyó en la desinversión de su división de Servicios Industriales a la francesa Vinci. La compañía ya se deshizo el año pasado de sus participaciones en las líneas de transmisión eléctrica en Brasil y otras instalaciones renovables en España que quedaron al margen de la operación.
En los próximos meses pretende hacer lo propio con la mayoría de los activos renovables que tiene en explotación, con varias plantas desaladoras, depuradoras y de gas ubicadas fundamentalmente en España, América, África y Oriente Medio. Con ello reforzará su balance para acometer nuevas inversiones, con el foco en autopistas, ámbito en el que pretende hacerse con la italiana Atlantia, y en energías renovables.
ACS reactivó semanas atrás la venta de sus plantas fotovoltaicas
Para su ofensiva sobre la concesionaria italiana, de la que ACS quiere quedarse con el negocio de autopistas, con Abertis como cabecera, la española se ha aliado con dos de los mayores fondos del mundo, el canadiense Brookfield y el estadounidense GIP. Cuenta además con los casi 5.000 millones de euros obtenidos por la venta de Cobra a Vinci, resultando al cierre de 2021 una caja neta de 2.009 millones. La operación podría desembocar en una guerra de opas (ofertas públicas de adquisición) entre ACS-GIP-Brookfield y el consorcio formado por Edizione, brazo inversor de los Benetton que es el primer accionista de Atlantia con el 33,1%, y la gestora estadounidense Blackstone. Esto podría llevar el precio más allá de los 20.000 millones.
Para reforzar sus capacidades de inversión y de contención de la deuda, el grupo que preside Florentino Pérez tiene activos mantenidos para la venta con un valor en libros de 2.595 millones de euros. La mayor parte corresponde a sus participaciones en las concesiones de Servicios Industriales que ACS conservó en su perímetro tras vender, el pasado 31 de diciembre, el grueso de la división a Vinci por 4.900 millones. También tiene pendientes cerrar desinversiones de proyectos de Cimic, como BICC.
ACS reactivó semanas atrás la venta de sus plantas fotovoltaicas, en distintas fases de desarrollo, aglutinadas en Zero-E, que suman una capacidad total de 1.480 megavatios (MW). De igual modo, el grupo tiene la puerta abierta a desprenderse del 24,99% que controla en Titán 2020, anteriormente denominada Zero-E Euro Assets, sociedad de la que Galp adquirió el 75,01% en 2020 y que cuenta con una capacidad instalada de 1.414 MW fotovoltaicos. La multinacional española tiene, además, el 100% de Tejavana Fotovoltaica Canarias.
Ventas materializadas
El pasado ejercicio ACS transfirió ya algunos activos solares. Así, Sonnedix se hizo a finales de año con la planta fotovoltaica Bonete, situada en Albacete y con una potencia instalada de 50 MW, y con la Central Solar Termoeléctrica de Cáceres, de 50 MW.
ACS ha incluido dentro de la operación de venta de Zero-E algunos proyectos renovables adicionales, mientras que en otros casos los procesos de desinversión se ejecutarán individualmente. Al margen de las plantas fotovoltaicas, la compañía también tiene el 100% de la planta termosolar Manchasol I (50 MW) ,situada en Ciudad Real. En Estados Unidos, el grupo tiene el 100% la termosolar Tonopah, con 100 MW. Y en Sudáfrica participa con un 13% en la de Ilanga, con 100 MW.

Mientras, en el ámbito de la energía eólica, ACS controla ocho activos con una potencia total de 373 MW. En España, posee el 100% del parque eólico Valdehierro, de 15 MW, el 25% del de Somoza, de 11 MW y el 60% del de Monte das Aguas, de 3 MW. Asimismo, en México participa con el 100% del parque Oaxaca, de 102 MW, y con el 70% de Península, de 90 MW. En Uruguay atesora el 100% del parque Kiyu, de 49 MW, y el 90% de Pastorale, de 53 MW. Por último, en Escocia suma el 90% del parque eólico marino Kincardine, con 50 MW. Éste es uno de los proyectos más valiosos de los que la compañía española tiene en venta en el mundo. En 2021, la empresa ya vendió el parque eólico de Las Tadeas, en España, a Capital Energy.
Redes eléctricas en Brasil
Adicionalmente, ACS mantiene su intención de desprenderse de Hidromanta, una central hidroeléctrica en Perú con 20 MW de capacidad y que, al igual que otros proyectos renovables en Latinoamérica, lleva varios años intentando sellar su venta. Algo que sí logró el pasado año con la mayoría de sus líneas de transmisión en Brasil. Transfirió en distintos procesos la brasileña Cemig, a Brookfield y/o Celeo, su participación en José Maria de Macedo, Giovanni Sanguinetti, Veredas, Sete Lagoas, y Brilhante 1 y 2. En su perímetro permanece la red eléctrica La Niña, en Perú.
En el segmento del agua, ACS tiene a la venta varias plantas de desalación, con capacidad para 618.000 metros cúbicos al día, y de depuración, con más de un millón de metros cúbicos. Entre las primeras figuran sus participaciones en Hydro Management (79,63%), en España, Beni Saf (51%), en Argelia, Taiff (50%), en Arabia Saudí, Al Hamra Water (40%), en Emiratos Árabes Unidos, y Caitán (50%), en Chile, mientras que en depuradoras tiene el 100% de dos en Perú, Taboada y Provisur. A todo ello suma la planta de compresión de gas CA-KU-A1, en México, en la que elevó su posición al 100% en 2021.
Florentino Pérez saca adelante la opa de la alemana Hochtief sobre la australiana Cimic
Por otro lado, Hochtief, la filial constructora alemana de ACS, ha sacado adelante su opa (oferta pública de adquisición) sobre el 100% de Cimic. Este lunes está previsto que finalice el plazo de aceptación de la opa, lanzada el pasado mes de febrero. No obstante, ya ha conseguido superar el 90% de capital de la australiana. De hecho, hasta el pasado viernes ya había logrado el 91,05%, frente al 78,58% que poseía Hochtief antes de emitir su oferta, con la que excluirá de bolsa a Cimic. A 22 dólares australianos por acción, la operación implica una valoración de cerca de 1.000 millones de euros
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