Con su ofensiva sobre Atlantia, ACS aspira a convertirse en el mayor operador de infraestructuras viarias del mundo. El grupo que preside Florentino Pérez, en alianza con el fondo estadounidense GIP y el canadiense Brookfield, pretende comprar la concesionaria italiana y desgajar de ésta el negocio de autopistas, cuyo buque insignia es la española Abertis, para tomar una posición mayoritaria.
De prosperar la operación, ya rebatida por la familia Benetton, accionista de referencia de Atlantia, el holding que lidera el también presidente del Real Madrid añadirá a su cartera más de 9.808 kilómetros de autopistas de peaje en explotación -incluyen las participaciones minoritarias en Autema (España), con 48 kilómetros, y Rodovias Do Tietê (Brasil) con 415 kilómetros-. Se sumarían a los 733 kilómetros de autopistas y autovías que gestiona en la actualidad su firma de concesiones Iridium, a los 135 kilómetros que tiene en cartera, en distintos grados de desarrollo, su filial alemana Hochtief, y a los 27 kilómetros de la australiana Pacific Partnerships. En total, por tanto, ACS sumaría 10.703 kilómetros de de carreteras bajo gestión.
Las acciones de Atlantia prosiguieron este viernes con su escalada tras publicarse la intención de Edizione, el brazo inversor de los Benetton que controla el 33,1% de Atlantia, y la gestora estadounidense Blackstone, de lanzar una oferta pública de adquisición (opa) en el entorno de los 24 euros. Sus títulos e anotaron un alza del 8,72%, hasta los 22,07 euros. Con ello, su capitalización asciende a 18.230 millones de euros. Son ya 3.000 millones más que el valor que tenía la compañía el pasado martes, antes de que se desvelara el interés de ACS, GIP y Brookfield, respondido a las horas por una posible oferta alternativa de Edizione.
En plena venta de Cobra, el pasado año, Florentino Pérez ratificó el rumbo de ACS, orientado hacia un mayor peso en la gestión de infraestructuras
Se trata, por tanto, de una macrooperación para la que ACS cuenta con el músculo financiero que le confieren los 4.902 millones de euros que ingresó a finales de 2021 por la venta a Vinci de su división de Servicios Industriales (Cobra). Esta desinversión, iniciada en 2020, supuso un viraje en la estrategia del grupo español, que años atrás también había abandonado las actividades de servicios medioambientales cuando vendió, por más de 1.300 millones, Urbaser a China Tianying.
En plena venta de Cobra, el pasado año, Florentino Pérez ratificó el rumbo de ACS, orientado hacia un mayor peso en la gestión de infraestructuras, de todo tipo, pero fundamentalmente de transportes y, sobre todo, de autopistas. En 2017, cuando lanzó una contraopa -a la de Atlantia- por Abertis dio claras muestras de sus objetivos, aunque finalmente acordaron una oferta conjunta, concendiendo al grupo italiano la mayoría en el capital de la concesionaria de origen catalán (50% más una acción).
El año pasado ACS amagó con adquirir, precisamente a Atlantia, ASPI (Autostrade per l'Italia), la mayor operadora de autopistas italianas con 3.019 kilómetros, pero CDP (Cassa Depositi e Prestiti), Blackstone y Macquarie salieron victoriosos con una oferta de 8.014 millones.
Y ahora, ACS pretende dar el paso definitorio en esa renovada apuesta con la compra de Atlantia y la toma de control de su negocio de autopistas. La firma italiana también se desenvuelve en aeropuertos, con tres activos en Francia y dos en Roma, en servicios de movilidad, con Telepass y Yunex como referencias, y cuenta además con participaciones significativas en Getlink (15,5%), propietaria del Canal de la Mancha, y en Hochtief, la constructora controlada por ACS (52%) de la que la italiana ostenta el 15,9%-.
A pesar de desprenderse de ASPI, obligado por el Gobierno de Italia tras el derrumbe del puente de Génova, el gigante italiano sigue siendo hoy el mayor operador de vías de pago del mundo, con cerca de 9.400 kilómetros bajo gestión y posiciones en otros 463 kilómetros (la gala Vinci y la alianza entre la italiana Gavio y el fondo francés Ardian suman alrededor de 4.000 kilómetros cada una). El grueso corresponde a Abertis, con 7.883 kilómetros (incluidos los 48 kilómetros de Autema y tras restar en los últimos dos años y medio sus principales peajes en España, Acesa, Aumar e Invicat, por el final su plazo de concesión ). Se distribuyen entre Francia, su primer mercado por ingresos y resultado bruto de explotación (ebitda), Chile, Brasil, España, México, Italia, Puerto Rico, Estados Unidos, Argentina e India. El grupo transalpino también cuenta en Chile con Grupo Costanera, con seis autopistas que suman 194 kilómetros, y con Los Lagos, con 134 kilómetros; en Brasil, con AB Concessoes, con tres activos que totalizan 1.121 kilómetros a los que añade su participación minoritaria en un cuarto con 415 kilómetros; y en Polonia, con Stalexport, que opera una autopista de 61 kilómetros.
ACS ya es un actor relevante en la gestión de autopistas por Abertis, de la que tiene el 30% de manera directa y el 20% menos una acción a través de Hochtief, un paquete que la matriz también analiza absorber, pero también por Iridium, por Hochtief y por Pacific Partnerships.
Las otras concesiones de ACS
Iridium, controlada al 100% por ACS, explota 23 autopistas, autovías y puentes en régimen de concesión con 733 kilómetros de longitud. Su participación en el capital es en la mayoría de los casos minoritaria, con una aportación por parte de ACS de 329 millones -sobre una inversión total de 13.768 millones-. La cartera se reparte entre España (Autovía de La Mancha, Reus-Alcover, Santiago-Brión, Autovía de los Pinares, Medinaceli-Calatayud, Autovía del Pirineo, Autovía de la Sierra de Arana, Madrid Calle 30, Eje Diagonal), Canadá (A-30 Nouvelle, FTG, Windor Essex, Saint-Lawrence Group, Autopista 427 y Gordie Howe Bridge), Irlanda (CRG Porlaoise y N25 New Ross Bypass y M11 Gorey-Enniscorthy), Reino Unido (A-13 Puerta del Támesis) y Estados Unidos (SH288, Portsmouth Bypass, I595 Express y US 181 Harbor Bridge).
Iridium es la concesionaria de ACS para todo tipo de infraestructuras. Así, además de las viarias, abarca 11 proyectos ferroviarios en España, Portugal, Canadá, Estados Unidos y Perú, cinco activos de equipamiento público (tres comisarías, una cárcel y un complejo fronterizo) en España y Chile, cuatro hospitales, tres intercambiadores y 11.454 plazas de aparcamiento en España.
Mientras, Hochtief centra su actividad en construcción, pero también explota infraestructuras a través de contratos de colaboración público-privada (PPP). En la actualidad tiene en su cartera, en distintas fases de desarrollo, proyectos concesionales de autopistas que suman 147 kilómetros. En Alemania explota la A7, de 65 kilómetros, y la A6, de 47 kilómetros, y en Países Bajos ejecuta la extensión de la A12 y la A15 con un total de 35 kilómetros. Por último, ACS cuenta con Pacific Partnerships, filial de Cimic, para sus concesiones en Oceanía. En el ámbito viario, esta sociedad participa en la actualidad en el proyecto Transmission Gully Motorway, un tramo de 27 kilómetros que forma parte del corredor Wellington Northern, en Nueva Zelanda.
Experiencia en concesiones
El próximo 7 de mayo la junta general de accionistas de ACS rubricará el nombramiento como consejero ejecutivo de Juan Santamaría, hasta ahora presidente y consejero delegado de la subsidiaria australiana Cimic. Santamaría será posteriormente designado consejero delegado del grupo, cargo que está vacante desde abril de 2021, cuando Marcelino Fernández Verdes cesó. El nuevo número dos de la compañía española cuenta con una dilatada experiencia en el negocio de concesiones de infraestructuras, nicho en el que el presidente Florentino Pérez quiere focalizar el crecimiento futuro de la firma junto a las energías renovables y como complemento también al negocio de construcción.