Empresas y finanzas

Vienen años de 'vacas gordas' para la banca

  • Una subida de 50 puntos en los tipos elevaría el beneficio hasta un 20%
El sector arranca el año con optimismo.

La postura del Banco Central Europeo (BCE) de adelantar a este año una posible subida de los tipos de interés para corregir la inflación lleva a prever que llegan épocas de vacas gordas para la banca, como ya reflejan sus cotizaciones en bolsa durante la última semana en una explosión de optimismo. Sin embargo, más allá del efecto que tendrá una mejora de tipos en sus cuentas, ya que entre el 60% y el 70% de su cartera hipotecaria está referencia a variable, el sector tendrá que afrontar a la par el desarme de los estímulos puestos en marcha durante la pandemia con sus pertinentes retos. En la balanza se sopesan efectos positivos, como el impacto de la llegada de los fondos europeos o las sinergias que dejarán los ajustes realizados, pero en el lado negativo queda la incertidumbre sobre la morosidad o el fin de liquidez barata. Los expertos consultados por elEconomista vaticinan que este será el año del último esfuerzo hacia la normalidad donde los puntos positivos se impondrán sobre los negativos.

Mejora de hasta un 20% del beneficio

La subida de tasas tiene un impacto inmediato en el margen de interés de los bancos, y especialmente de los españoles donde el grueso de su cartera hipotecaria aún está referenciada a variable, impulsando ingresos y, con ellos, beneficio. Los analistas de UBS prevén que una subida de los tipos de interés de 50 puntos básicos elevaría entre un 8% y un 10% el margen de interés de las entidades españolas y entre un 15% y un 20% el beneficio. Este impacto se reflejaría por completo en las cuentas en dos años por los periodos de repreciación de los préstamos. La mejora en resultados consolidaría la bonanza del sector, que cerró un buen 2021, con 16.650 millones de ganancias sin extraordinarios, 23% más que en 2019.

Reducción de costes tras digerir los ajustes

La banca aprovechó los peores momentos de la pandemia para poner en marcha planes de eficiencia, tanto a través de EREs como de prejubilaciones, en el marco de las presiones recibidas por los supervisores para recortar costes con el objetivo de mejorar la eficiencia y una rentabilidad del sector que tocó terreno negativo en 2020 por las elevadas dotaciones para afrontar el Covid-19. Asimismo, al igual que en la última gran crisis, se ha vuelto a dar una reestructuración del sector con dos fusiones como protagonistas, CaixaBank-Bankia y Unicaja-Liberbank, propiciando también los respectivos ajustes de red. A excepción de Bankinter, las entidades cotizadas del país han asumido unos costes de 4.600 millones de euros para financiar los ajustes, que se han saldado con más de 17.100 salidas de empleados por la vía de los EREs. Al margen, Unicaja y Liberbank también pusieron en marcha planes de prejubilaciones para unos 1.200 trabajadores. Los ajustes ya han empezado a reflejarse en la mejora de costes, aunque será en 2023 cuando se termine de digerir el esfuerzo económico y se vean la totalidad de las sinergias, que según lo avanzado por los bancos en sus distintos planes, pueden escalar en su conjunto a los 2.700 millones de euros anuales.

El capital volverá al foco en el arranque de 2023

Con la reactivación y una vez testada la resistencia de la banca el BCE desmantelará los apoyos extraordinarios. De un lado irá descontinuando los programas arbitrados para asegurar el crédito con liquidez suficiente y barata (la recompra de deuda y previsiblemente también los TLTRO) y de otro lado retirará las facilidades dadas a los bancos para que presten: no prorrogará la relajación en el cómputo de apalancamiento y a partir de 2023 las entidades no podrán situar su capital por debajo del mínimo regulatorio. Traído a España no reviste, en principio, un gran desafío ya que ratio CET1 se situaba en el 13,66% en septiembre -último dato conocido- y el capital total en el 17,46% frente al 10,6% exigible en CET1 de media a la banca europea. Ahora bien, vuelve al foco un indicador que el mercado sigue con interés y podría complicarse el uso de huchas excedentarias si eso implica situarlo por debajo de entidades comparables. Precisamente BBVA y CaixaBank echarán mano este año de su holgada tasa para retribuir al inversor con recompra de acciones. Queda por ver qué ocurre a partir de 2023 ya que la banca europea tiene un CET1 del 15,47%.

Alzas moderadas y gestionables en la morosidad

Una de las grandes incógnitas de la crisis desatada por la pandemia y que ha castigado durante dos años las cuentas vía provisiones es ¿cuántos impagos aflorarán, cuándo y dónde? Las dudas principales se concentran en los impagos ligados a los avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO), cuyo vencimiento empezará a tener lugar en junio, y la mortandad empresarial cuando se levanten las moratorias concursales. S&P Global limita la subida de la morosidad al 7% este año, aunque la banca espera un impacto inferior, más próximo al 5-6% frente al 4,29% actual -datos de noviembre-. El 14% de la exposición en balance está en los sectores más vulnerables, pero expertos y entidades están persuadidos de que el alza será moderada y gestionable. "No ha habido una apuesta desmedida por inmobiliario, el problema ha sido un shock sanitario que ha obligado a estar encerrados, a no producir en muchos casos, a no poder enviar por transporte muchas cosas, pero cuando acabe eso y se pueda normalizar y quitar tensiones de precios, de energía, la economía estará como estaba en el 2019 o principio de 2020 y con una banca más capitalizada", expone el economista de Funcas, Santiago Carbó, subrayando que tiene grandes huchas de provisiones para el impacto en ICOs. Minimiza también sustos por empresas zoombies: "Supongo que el sector las tiene identificadas y sabría que tarde o temprano van a tener algún problema", asume convencido de que ese conocimiento ayudará a sanear pronto posiciones y pone en valor que las moratorias habrán ayudado a otras empresas a poner la casa en orden y no caer.

Hipotecas: lupa en los nuevos clientes

Por la parte hipotecaria pura el socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI), José Manuel Amor, descarta sustos, incluso, aunque el euríbor escale 50 puntos básicos. "Obviamente sería un pequeño shock para las hipotecas", admite, para precisar: "buena parte de las hipotecas están a tipo fijo, luego tenemos personas con una situación laboral bastante positiva y los precios de la vivienda han ido subiendo, luego tienes una situación donde hay un equity positivo en la hipoteca y valor de la casa; entonces la probabilidad de que dejen de pagar es mucho más baja". ¿Dónde estaría el problema? "Como siempre, en los últimos entrantes al mercado laboral, los que entran con préstamos en relación al valor de la vivienda más altos o con el trabajo más precario", concluye.

El fin de las carencias ICO, determinante

El sector financiero ve clave la llegada del segundo trimestre del año para conocer qué camino tomarán las provisiones extraordinarias realizadas en 2020 para hacer frente a los futuros impagos que dejara la pandemia. De momento, grupos con presencia internacional, como Santander y Sabadell, han rebajado la hucha en filiales extranjeras ante el avance de la economía, pero en el caso de España, el conjunto de entidades esperará a conocer la capacidad de pago de los clientes que solicitaron créditos avalados por el ICO una vez terminen los periodos de carencia, cuyo grueso, en torno al 80%, será entre abril y junio. La banca cuenta con una hucha cercana a los 100.000 millones de euros para afrontar los impagos, de los que 40% tienen como objetivo cubrir pérdidas por créditos morosos. Si la morosidad se mantiene manejable, liberará parte, insuflando oxígeno a los resultados.

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